La amistad es nuestra religión; Nadie, nuestro Dios; y la ignorancia, nuestro templo. Bienvenidos.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Tamaño predestinado

China sigue sorprendiendo. Y no sólo por su cambio cultural y social, sino por lo que sus áridas tierras esconde. Desde hace unas semanas, la comunidad paleontológica tiene una nueva estrella: el Raptorex kriegsteini, una nueva especie de tiranosáurido. Sí, "tiranosáurido". Esta familia, que dio origen al Rex, apareció hace unos 84 millones de años, en el Cretácico superior.

Pues bien, el nuevo hallazgo ha cambiado la visión sobre la evolución anatómica de estos animales, ya que el Raptorex sólo medía tres metros de longitud y pesaba unos 65 kilos. El antepasado del famoso Rex mediría 100 veces menos que su predecesor. Según palabras del conocido paleontólogo Paul Sereno:
"No se me ocurre ningún otro ejemplo en el que un animal haya sido tan precisamente diseñado a una tamaño 100 veces menor del que eventualmente alcanzaría después".

El Raptorex presenta los rasgos característicos de los tiranosáuridos, tales como un cráneo más largo en sintonía con su tronco; unas poderosas mandíbulas, concluyentes en un devorador de carne; y las extremidades superiores, que eran relativamente pequeñas a su tamaño corporal.

Los investigadores concluyen que estas características formaron parte de una estrategia natural para que, desde un principio, estos animales se beneficiaran de esos rasgos, determinantes para el surgimiento de animales mucho mayores.
Es decir, que todo estaba calculado. ¡Dios, y llegaron a extinguirse! Si nosotros seguimos abriendo más McDonalds, ¿cuánto nos quedará de existencia?


Extraído de El Pare

El Kappa

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Exaltación de la muerte del maniquí conformista (II)

Finalmente llega el tren, me subo y me dirijo derecho al lavabo donde hago lo que en casa no me ha dado tiempo: lavarme los dientes, peinarme. Incómodo, pero sin problema. A punto de salir del habitáculo el tren llega a Sabadell sud y, por ruido estremecedor de gente y griterío, temo que haya una manifestación o algo porque además empiezo a escuchar golpes en las ventanas y demás. Pienso "mierda, seguro que nos retrasa y llego tarde". Pero la realidad es mucho peor: tan sólo abrir la puerta del lavabo un quillaco con todos los complementos se abre paso aullándome "venga, fuera nennn!", y detrás de él, cientos y cientos de quillos, gitanicos y resto de desechos fiesteros de hermética llenan el vagón en un frenesí casi salvaje por ocupar cada puto rincón. A ver, que yo no tendría nada en contra de ellos si ellos no tuvieran nada en contra de mí. Pero no, la mayoría de esos capullos no piensan así; no piensan en verde.
A pesar de sentirme como la comunidad del anillo en las minas de moria cuando se quedan en medio de la galería rodeados de miles de orcos hambrientos, el viaje transcurre "apaciblemente" haste Cerdanyola o así, donde hacen su aparición en escena cual caballo blanco de la libertad y la justicia los seguratas de la renfe. Pobrecillos. De ahí hasta Martorell, el trayecto es un monólogo de piques, insultos, gritos, ostias y peleas entre los seguratas y los quillos, en cada estación, en cada puta estación... con su consiguiente retraso. Y yo, inocente de mí, que me decía al salir del baño que tenía hora y media para dormir tranquilamente en el tren hasta llegar al Vendrell...
Al llegar (por fin), descubro el previsible panorama de la familía a la que no veía desde el último entierro, el de mi abuela. Por supuesto, no fue un momento bonito pero, qué queréis que os diga, me hizo mucha ilusión volver a verlos. Cuando acabó el sermón y la pertinente sesión de lágrimas y ya estábamos esperando que saliera el féretro para hacer la comitiva hasta el cementerio, un tipo trajeado se me acercó y me preguntó si era familia. Al responder afirmativamente me dio un medio abrazo y me dedicó un "lo siento" tan profundo que casi me lo creí. Me dejó helado. Era un testigo de Jehová y tenía que cumplir con su función. En ese momento de turbación luchaban dentro de mí una poderosa sensación de asco por la hipocresía y un conmovedor sentimentalismo hacia la posible negación de ésta, es decir de sinceridad. Fue raro.
El resto del entierro me dediqué a observar los ritualismos típicos de la ocasión y gestos y reacciones de los demás, pues la celebración en sí no me pareció tan interesante. Por ejemplo, y fue lo primero de lo que me percaté, la "evolución fúnebre de las personas". Esto es, igual que hay gente que sólo la ves una vez al año en la fiesta mayor, o una vez cada determinado tiempo en determinado lugar, parece que con las familias reacias a juntarse demasiado a menudo tan sólo tienes oportunidad de verlas en este tipo de acontecimientos: bodas, bautizos, entierros. Además, por desgracia los más habituales suelen ser estos últimos. Los ves ahí y compruebas su cambio de look, de peinado, de actividad social o laboral, la ropa fúnebre...
Luego hay algo que creo he logrado interpretar: en los entierros parece que todo el mundo esté deseando tocarse. Y, precisamente por ser un motivo tan especial y triste como la celebración de la muerte de algún pariente en común, se aprovecha el breve paréntesis social para demostrar el afecto que normalmente nos guardamos para con nuestros seres queridos. Los hombres se dan contínuas palmadas o abrazos, y las mujeres se agarran del brazo unas a otras, más cerca en relación a la proximidad de la otra persona con el difunto. E igualmente sucede en la intensidad de los golpes afectivos en los hombres. Tampoco en estas ocasiones está mal visto llorar en público o besar a otros hombres, es una gran muestra más de humanidad.
Fuera de todo esto, hay que decir que fue emotivo. Bueno, pensándolo bien, creo que habría que ser un capullo sin corazón para no encontrar emotivo el entierro de alguien que apreciabas, no?
Además, sé que es un tópico, pero no pude dejar de pensar, mientras introducían el cuerpo en el nicho, la de vida que se pierde en esos sitios cuando hay tanta gente muerte ya fuera, pero que disimulan muy bien y parecen estar vivos; se encuentran entre nosotros pero, de alguna forma, consiguen robarnos el optimismo y el entusiasmo.
El resto de tarde fue inevitablemente melancólica, aunque me admiré del no sé si esfuerzo o capacidad de recuperación y adaptación del resto de família que se lo tomó como un buen encuentro entre viejos conocidos. Incluso logré intercambiar algunas lánguidas sonrisas y palabras huecas con algunos de mis primos que más aprecio. Ánimo.
Dos aperitivos y un vermut después, mi padre se dignó a dejarme en casa prácticamente a las cinco de la tarde y por comer. Pero ni la destrucción de Sabadell por parte de la lluvia amenazante que ya empezaba a arreciar fuera conseguiría que me pasara la tarde en esta jaula de ilusos a la que llamamos casa. Así que, paraguas en mano, fui a buscar un compañero de locuras para dar crédito real del puto diluvio universal que estaba teniendo lugar. Por unas calles desiertas, con el agua por los tobillos y 99% empapados llegamos casi a nado hasta la otra punta de la ciudad. Por el camino rodeamos a varios cocodrilos y demás animales peligrosos que se le habían caído del arca a Noé.
Finalmente, llegué solo, de nuevo, al rincón secreto de jhan, el lugar del consuelo permanente, como una madre dulce sin una mala palabra ni un mal gesto, donde me aguardaba un maravilloso balcón de los destellos, un pequeño muro al final del parque desde donde se ven ciudades a lo lejos y una buena porción de campo y fábricas; un territorio aparentemente hostil totalmente encapotado de nubes furiosas que descargaban tremendos rayos para mi deleite, una mano en el paraguas y la otra en el porro, disfrutando de todas las sensaciones del día, del fin de semana, de las malas y las buenas, de la gente que vi, y de la que no vería más. Sorprendiéndome, de nuevo, encontrándome en los recuerdos. Hurgando en ese baúl donde parece ser el único lugar en el que encontrar sentido.
Sí. Estaba triste; pero estaba feliz a la vez. La lluvia me empezaba a calar hasta, digamos, las entrañas y empecé a contemplar la posibilidad de salir en lancha a motor de allí si no me iba a tiempo.
Así que me levanté y le di la espalda a los rayos, los truenos y los recuerdos con el convencimiento interior de que, por más dolor, sufrimiento o sinsabor, la vida siempre continúa.

El Rapsoda de la ignorancia

Exaltación de la muerte del maniquí conformista

Un día y tres cuartos en la vida diaria de un ignorante: pi-pi-pi-pi: la ostia, despertador a las ocho de la mañana, tras haber dormido poco más de cuatro horas. Arriba, un día largo espera a ser pillado por los cuernos. Llego a l'Ateneu y prácticamente antes de darme tiempo a ser presentado al resto de integrantes del grupo me veo en escena por órdenes de la directora sin apenas saber el título de la obra. Llegar y triunfar, tú. A todo esto, en mitad del ensayo me da por mirar el móvil y, nueve perdidas y tres mensajes después, me dan que pensar que igual a alguien le interesa hablar conmigo. Sorpresa, mi tía ha muerto y esa tarde es el entierro. Un sábado atípico, desde luego. Por lo visto, consigo centrarme lo suficiente y no debió ser patético del todo porque, después de cuatro horas de ensayo (a ciegas para mí), la directora ni me pregunta si me interesa formar parte de la obra o no, me dice la hora del próximo ensayo y que no llegue tarde: bienvenido a bordo supongo. Por una parte bien, por otra... jodido, muy jodido.
Vuelvo un tanto aturullado a casa. Finalmente recibo el mensaje que me informa sobre cambios en el horario del entierro y tal, será el domingo a las nueve de la mañana en Tarragona, lo que significa que para llegar bien en tren tengo que levantarme a las seis.
No puedo dejar de darle vueltas a lo de mi tía... a las pocas veces que la vi, lo poco que la conocí, lo nada que le mostré aprecio. Que nadie se ofenda, pero por lo poco que conozco, la mujer no tuvo precisamente un camino de rosas a modo de vida: marido que "reprimía poco sus impulsos primarios", seis hijos criados con éxito, uno de ellos con cierto retraso, los últimos cinco años o así a cargo de la madre en casa, prácticamente vegetal, hermano un tanto desentendido (1), hermano borracho (2) y... mi padre (hermano 3) y cáncer terminal que ha acabado con ella antes de los sesenta. Mezclemos el atractivo cóctel con el ingrediente secreto de además ser testigo de Jehová y nos podemos pegar un tiro directamente (opinión personal). Y, sin embargo, me cuesta muchísimo no recordarla de otra manera que no sea sonriendo, en serio. Triste, muy triste.
Aún así, es increíble como algunas personas consiguen seguir brillando sumidas en la oscuridad más absoluta. Tomarse la vida con alegría, con filosofía, sólo tenía cariño y afecto para los demás joder, por qué se van ese tipo de personas? Con la de escoria de mierda que anda por las calles, que no se merecen ni el puto aire que respiran, seres podridos por dentro que ni deberían haber nacido; y en cambio, parece que siempre les toque a los mismos. Pero esto es en frío, aquella tarde y aquel fin de semana no se me ocurrió nada de esto, de esta estúpida indignación existencial, solo me sentía un pelín vacío, raro, como extraño ante la vaga idea de no volver a ver esa sonrisa de vida.
De vuelta a la narración, y concretamente a casa, con el "Sargento de Hierro" de guardia y esta mala nueva revolviéndome por dentro decido que no es una buena tarde para echarla solo. Pero por supuesto, todos tenemos bastante con nuestras propias desgracias y no es plan de ir comiéndose las de los demás también, así que pruebo un poco (más) de mi propia medicina y me resigno a dar una vuelta solo, acompañado de mi mente.
Destino muy previsible: el rincón secreto (aprox. 20% secreto) de jhan. Pero llego prácticamente de noche y, pese a ser un parque apacible, no hay que ser un Einstein para saber que en todas partes hay gente mala, así que, al fondo entre los árboles veo una minúscula luz roja móvil a modo de mal presagio que resulta ser el cigarrilo amenazante que me avisa de que en la sombra se encuentra vida latente, a la espera. No veo cuántos son, pero me da igual, avanzo y me planto donde desde hacía una buena hora tenía pensado, no me van a privar de ese pequeño autoregalo, después de todo. Cargo un artefacto de maría y me tumbo en el banco a relajarme y a bajar la presión en los pulmones. Algún capullo del parque debe haberse chivado de que "ese chaval se ha hecho un porro", porque a los diez minutos o así se planta a dos metros del banco donde he conquistado la horizontalidad un coche de policía con sus dos agentes a juego. Paran el motor y sin salir del coche están como a la espera. Miro brevemente hacia ellos y sigo tumbado en el banco, si esperan que les dedique algún aspaviento extra, van listos. Uno de ellos se baja del coche (lo oigo) y como que se queda de pie al lado de mí. Si espera captar mi atención más le valdría mejorar su rudimentaria técnica de seducción porque con eso no se merece ni un gesto de cabeza. De repente caigo en que hoy, justo hoy, con la pájara que llevo encima ni me he entretenido en coger un cogollo suelto y voy con toda la bolsa de droga, lo cual me puede costar una multa de, digamos, mil pares de cojones: de puta madre; empiezo a desear que se vayan, pero sigo tranquilamente estirado en el banco. Visto mi grado de peligrosidad, los monillos se convencen y se marchan sin dar más por culo.
El Barça es lo que me distrae el resto de noche (creo que invierto demasiada parte de buenos sentimientos hacia ellos..) y desde las dos de la mañana hasta las seis, concilio mal un sueño pesado y poco reconfortante, en lo que se me antoja una premonición: mi madre echándome de casa, y yo sin donde ir. Qué triste pero no tengáis compasión, me lo he buscado.
Despierto y me lleva como veinte minutos hacerme a la idea que me tengo que poner en marcha y llegar a la ducha, así que ya sólo me quedan diez para afeitarme, ducharme, desayunar, preparar la bolsa para toda la mañana y vestirme de entierro entre los trapos que me aguardan bien escondidos en las maletas: genial. Así que a falta de tres minutos para que pase el tren, salgo de casa con las telarañas aún a cuestas y llego con tres cuartos de pulmón out-body a la estación, a tiempo. Diez minutos después, nos informan muy amablemente que el tren aún tardará diez minutos más, y yo a mi vez, muy amablemente, me cago varias veces en la madre de todos los de renfe.
(Continúa parte II)

El Rapsoda de la ignorancia

La sabiduría, en un frasco de cristal

Cerebro de Charles Babbage, matemático y científico.

El Kappa

lunes, 21 de septiembre de 2009

Instante de belleza sencilla

Ayer cenaba en el restaurante Viena, como siempre entre mis tribulaciones que no llevan a ninguna parte. A mi lado se encontraban mis padres, quienes comían conmigo acostumbrados ya a mis periodos de ausencia cada vez más prolongados.
Casualidades de la vida, tonterías de un enamorado que vive la vida con una aprensión trágica, mi vista y mi atención se toparon con la de una niña pequeña. Una niña rubia con coleta cuya ropa no recuerdo porque solo podía fijarme en sus ojos. Estaba de pie junto a su padre o quizás su abuelo y me miraba de reojo con sus ojos traviesos llenos de diversión. Cuando yo la miraba, ella retrocedía llena de jocosa vergüenza y se escondía tras la pata de una mesa o la chaqueta de su pariente. Yo le seguí el juego, agradecido por ese improvisto entretenimiento tan inocente como puro, tan intrascendente como bello. A ratos yo me hacía el distraído, haciendo ver que no la veía, y ella no dejaba de observarme esperando entre desafiante y temerosa a que la atrapase. Cada tanto volvía al juego para satisfacerla y ella sonreía nerviosa repitiendo su huida al escondite paterno, quien parecía no advertir nada. Solo la pequeña niña y yo parecíamos existir en ese juego y afortunadamente nadie intervino.
Sin recordar muy bien como, antes de darme cuenta ya estaba saliendo por la puerta del restaurante, y ahora ni siquiera recuerdo cuando dejé de interesarme por ella para volver a mi espiral de penoso regodeo trágico-amoroso. Ni me despedí con un último vistazo, ni volveré a saber más de alguien a quien me habría gustado conocer cómo crecía y qué era de su vida. No solo porque sería una mujer de gran belleza sino porque en ella había inteligencia, humildad y también una valentía graciosa y en extremo atrayente. Esa niña simbolizaba para mí la vergüenza aun sin adquirir, el miedo aun no inculcado por la represiva educación que anula la posibilidad de juego, el libre descubrimiento del otro a través de un lenguaje tan íntimo como sugerente.
La vida está llena de personas que entran y salen constantemente sin saber porqué, ni cuando, ni cómo... con papeles a veces tan cortos pero tan intensos. Quizás el secreto esté en atreverse a conocer a nuevas personas desconocidas, a esa multitud de personas que nos rodea cuando paseamos por la calle, que no sabemos quienes son y a quienes tememos por resultarnos desconocida, como si una barrera infranqueable nos separara por siempre de ellos impidiéndonos toda posibilidad... ¿Por qué si somos tantos estamos tan solos?

viernes, 18 de septiembre de 2009

Haz de luz

Por fin he visto la luz. Ya he visto lo que había detrás de esa falsa pared: la nada. Por fin he podido hacer la cama con ese fantasma que me atemorizaba. He comprendido que no era yo quien tomada todas y cada una de las decisiones, sino un cobarde que se había subido a la copa del árbol más alto por miedo a un inocente ratón.

Ahora ya te veo con estos ojos, los míos. Nunca más volverán a apartarse de mí. Nunca más volverán al otro lado del Aqueronte para llenarme de lágrimas por penalidades que no existieron. Voy a poner la oreja, y todo lo que ésta retenga, lo daré por cierto. No voy a permitir que resucite el tornado que una vez desoló mi alma y quiso quedarse cual tormenta de Júpiter para nunca permitir el paso de la verdad.

Bastó un simple acercamiento, con ojos abiertos y con el corazón lleno de valor, para espantar a mi cuervo con un simple soplido. Ahora soy yo quien dice "nunca más". Apartarte de mí y no vuelvas. No quieras estar a mi lado. Ahora soy vida; soy creencia, un ser al que le corresponde el color. Fuera esas nubes grises, amenazantes de tormenta, que nada han llovido. Mucha boca, es lo que hay. ¡Largo de aquí, el paraguas no volverá a desplegarse jamás, pues yo vuelo muy por encima de ti! Vuelvo a tocar las estrellas que una vez perdí.

Ya no te tengo miedo.

Aprended a ser esclavos de lo que decís!

La sensación de control es una ilusión sin la que no podemos vivir. La ilusión es un sueño que se construye. Para construir necesitas fe en que lo que vas a construir no se desmoronará.

En dos días he pasado de no saber si haría un viaje con "ella" a, confirmarlo, planear un segundo viaje y una cena este sábado. El segundo viaje finalmente no tendrá lugar, de momento, pero sí la cena. Lo peor es que de todo esto yo no siento controlar nada, ella lo es todo y lo sabe todo y me siento a su merced. La sensación de desorientación y desconcierto es apabullante. Y cada día me esfuerzo por hacerle nuevas promesas más difíciles que las anteriores para darme maravillosas razones que me hagan vivir.

Y sigo pues apostando por alguien que ya me rechazó porque es mi gran e inevitable esperanza, inaprensible y por supuesto sin garantías. Una pérdida de tiempo, me digo a menudo, todo es una gran pérdida de tiempo, pensamientos vanos, reflexiones y preguntas que no llevan a ninguna parte, y mientras el tiempo transcurre demasiado lento sin ella, para quien solo soy uno más.

"Palabras, palabras y más palabras" (Shakespeare)

Mi tragedia es que no puedo dejar de creer en las palabras de las personas por más que sean falsas o desmotivadas...

O creemos o morimos de desconfianza, lo cual nos lleva a la soledad, al desconsuelo y a algunos a un odio profundo hacia "la gente"

jueves, 17 de septiembre de 2009

Exaltación de la vida del soñador pasmado

Joder, vas pasando hojas de calendario como un espectador pasivo de tu propia vida; un soñador, imaginativo y visionario, pero a la vez estático e inerte muñeco inexpresivo que no es capaz de atravesar la pantalla y atreverse a vivir esa vida, esas situaciones. Coño, el lunes porque dormiste mal, el martes es mal día: llueve, miércoles te ha salido un grano y pasas, jueves uff! jueves..! qué mal día llevo, el viernes estás cansado de ayer... y así sucesivamente. Qué nos llevamos después de todos esos días de disidia y de tedio? Ya está bien de imposiciones prohibitivas de ese reprimido conservador que nos impide hablarle a aquella chavala abiertamente porque nos mola, reconciliarnos con el amigo de la pelea, o ir a buscar un amor olvidado.
Por qué no? Tal es el terror? tal la cobardía? Los prejuicios acerca de uno mismo? Joder, de verdad tenemos taaanto que perder?Porque sí, estoy cansado de ver pasar un verano y otro prometiéndome a mí mismo al acabar que sí, que el siguiente será el bueno, que el siguiente es el que has estado esperando. El que esperaste durante tantos años. Somos como un jodido envase de vida a la espera de que alguien nos insufle el maravilloso sentido de nuestra existencia dentro, y no nos damos cuenta que el tiempo va pasando y pasando hasta que, cuando nos queremos dar cuenta, vemos que nuestra vida ES el puto envase de vida. Si queremos algo, tenemos que ir a por ello.
Así que olvidate de gilipolleces, guárdate tus prejuicios y tu negatividad, y si te interesa algo ve a por ello; levantémonos de estas jodidas butacas de espectador y acompáñame a vivir la vida. Acompáñame en este maravilloso paseo y disfruta conmigo del descubrimiento de una plaza oculta, lloremos de risa por una puta estupidez que se nos ocurrió a las cinco de la tarde, vayamos a sentirnos íntimamente conectados al ver esa peli tan común juntos, cuéntame cuando fue la primera vez que te enamoraste y te diré cómo es la gente que me hizo soñar; ven, hundámonos en el insondable agujero negro de una noche surrealista que nos costará explicar de día y emborráchate conmigo por la noche mezclándonos con el humo del bar. Emborrachémonos de vida.
Porque ya no me conformo con escuchar una triste canción de Coltraine a la sombra de la luna solitaria, en una casa ajena con la compañía de una copa de alcohol y una sustancia estupefaciente que me ayude a olvidar que me la fumo para olvidar que me la tengo que fumar, para otorgarle ciertos minutos de relajación en los que me convenzo que ese agujero que es mi ser ha sido, al fin, cubierto con el sentido de la EXISTENCIA, que no es vacío, que no es desamparo existencial.
Pero no, ya no quiero escuchar esa canción en las veladas solitarias jugando una mano perdedora contra la culpa y el fracaso. Ahora no sólo quiero estar en el bar, de luces tenues y pantalla de humo a modo de ecosistema imperante, no; quiero tocar solo y que la gente me aplauda, que me aplauda y se levante y se le erice el vello cuando oye mi solo y ese envase de vida se ve repentina y ferozmente relleno de vida. Quiero ser una canción de Leonard Cohen, una poesía de Baudelaire, una carcajada de Rubianes y Mickey Rourke en Rumble Fish; quiero ser una gaviota y aburrir todos los océanos con mi canto, quiero reflejarme en la admirada mirada de la chica bella y quererla como un adolescente y que mi corazón estalle al unísono con los fuegos artificiales agarrado de su mano; quiero tener mil amores en mil países con mil doncellas y hacer el amor con todas ellas, y llorar por todos y escuchar los cuentos de los viejos y el consejo de las estrellas y el viento fuerte en la cara; y escuchar y conocer y aprender y entender el valor de la amistad y mejor si vas a mi lado; y te quiero conocer. Quiero que me acompañes, porque este viaje será la hostia, en serio. Cuando tengas ganas de llorar yo te escucho, cuando quieras soñar, yo te sigo y cuando esté de resaca no me ralles, vale? Por supuesto, no todo será bueno, pero aprendermos a convivir con los fracasos, las frustraciones y los desamores, que, al fin y al cabo, son las únicas preocupaciones reales de la gente como tú y como yo. Nos llegaremos a entender y a alegrarnos por las alegrías del otro, no con esa falacia de lenguaje hueco que usamos para mantener las absurdas reglas sociales interpersonales, sinó de verdad. Porque, al fin y al cabo, todo el mundo tiene algo que enseñarnos.
Llámame iluso, encantado, inmaduro. Llámame lo que quieras pero, en serio, YO voy a disfrutar a tope de lo que tengo en el momento.
No importa que no te haya gustado en absoluto nada de lo que escribí, solo tengo una pregunta: me acompañas?

El Rapsoda de la ignorancia

miércoles, 16 de septiembre de 2009

D-9...

Para los que no hayan ido a ver esta película y tengan una vaga idea por el tráiler que no os echen atrás los viejos tópicos y prejuicios sobre ciencia ficción. Estamos ante un film que no dejará indiferente a nadie.
La película, que por su comienzo puede recordar un poco a Independence Day o Men in Black, no es puro espectáculo de monstruitos invadiendo la Tierra mientras los norteamericanos se dedican a masacrarlos con su impresionante potencial bélico. Aunque ciertamente la película tiene algo de explosiones, rayos láser y algún que otro efectismo para atraer a un público más infantil, o en cualquier caso genérico, también podemos encontrar ciertas reflexiones muy interesantes. La acción se sitúa en Johanesburgo, donde unos extraterrestres aterrizan en unas condiciones de hambruna y debilidad absolutas. Lo interesante de todo esto es el el enfoque, que se utiliza para explicar la historia. A modo de documental nos narran el rescate y tratamiento en calidad de refugiados cualesquiera que dan a estos seres con aspecto de saltamontes erectos. La conexión con el apartheid pronto se hace evidente. Con una mezcla de cinismo y humor negro muy inteligente aparecen hombres de color quejándose de lo poco civilizados que son estos seres, que no entienden la educación y costumbres humanas. El racismo y el etnocentrismo, palabras que utilizo a falta de otras más apropiadas, son algunos de los temas centrales del film.
En este sentido la película nos hace reflexionar sobre la actitud paternalista (como podría ser la del protagonista al principio) y hasta imperialista del "hombre civilizado" que en el fondo está dominado por la tecnología y el afán completamente amoral de conseguir más poder y control sobre el mundo o universo que le rodea. Mientras que los extraterrestres actúan de forma bestial, saciando sus deseos sin ningún tipo de límite (y es especialmente cínica la comparación que se podría hacer entre su adicción a la comida de gato con la adicción a las drogas y el tema del contrabando en ambos casos), los humanos adoptan un papel represor-corrector, sea en forma de educación y disciplina o con mano militar.
Otro aspecto muy bien tratado en el film son las dimensiones mesiánicas del protagonista, un antihéroe (feo, débil y vulgar), que se acaba convirtiendo por accidente en uno de los "Otros" sin dejar de ser uno de los "Nuestros". Un mestizo, el puente entre dos civilizaciones, culturas, razas, especies o como prefieran llamarlo. Esto le otorgará poderes para convertirse en un liberador de este pueblo extraterrestre marginado en un distrito de chabolas donde viven en condiciones paupérrimas, si bien lo hace por salvar su identidad originaria a la que nunca llegará a volver. Lo más interesante de todo es que se trata de una sociedad en la que todos sus líderes han muerto y solo quedan obreros, los cuales, no sin cierta controversia, parecen incapaces de tomar el control y liderar sus propias vidas con autonomía, como si fuese una masa sin cerebro. Esta visión, que podríamos considerar en cierto sentido fascista, queda, sin embargo, camuflada por el hecho de que no hablamos de humanos, lo cual deja abierta la posibilidad a que estos seres tengan, a diferencia de nosotros y en comparación con otros insectos como las abejas, algún determinismo genético para convertirse en líderes de su pueblo o personas con un rol social específico.
El protagonista acaba convirtiéndose en un mártir, en la leyenda de alguien ejemplar que dio su vida irremediablemente (se transforma en extraterrestre por accidente) para cambiar la situación insostenible de intolerancia entre pueblos y dar esperanza a los reprimidos, de entre los cuales uno consigue escapar con su nave en busca de ayuda para su pueblo, dejando el final algo abierto. El final en cierto punto trágico por la situación en la que queda el protagonista trae esperanza al resto de la humanidad por resultar su sacrificio un modelo de comportamiento universalizable a toda la especie humana.
La película, en definitiva, tiene diferentes capas interpretativas, y si bien uno puede quedarse con los rayos láser, los efectos especiales y las risas superficiales resulta difícil no percibir un trasfondo más elaborado en el que se pueden descubrir muchos detalles que hacen alusión a nuestra historia más oscura y vergonzosa con un estilo muy original, ameno, inteligente y feroz.
Por otra parte, los más escépticos, podrán encontrar leves incoherencias argumentales (como de dónde sale el combustible para arrancar la gran nave espacial tras veinte años) o la poca profundidad en la introspección psicológico-social de estos seres, que habría dado mucho más jugo e interés al debate, poco buscado, sobre la naturaleza social y biológica de "los bichos", que lamentablemente unas veces parece compleja e interesante y otras demasiado simple y superficial. Precisamente por este último detalle no puedo darle mi máxima puntuación, aunque sí la recomiendo como una de las películas norteamericanas más interesantes del año.

La comida japonesa

Todo un referente culinario para los mangakas, otakus y freaks de Cataluña. Los restaurantes de comida japonesa se han convertido en templos de peregrinaje para los que amamos al país nipón y nos encontramos con miseria dentro de nuestras carteras y/o tarjetas de crédito. Y es que el ir a comer a un restaurante japonés ya se convierte en todo un viaje hacia un mundo y una cultura que poco o nada tiene que ver con lo que hay detrás de la puerta de salida del local.

Describamos, pues, cómo entiende un mangaka Japan lover ésto:
Llegas al punto exacto de la calle donde se encuentra el susodicho centro digestivo oriental. Que, por cierto, da la sensación de que se ha hecho el amo de la zona; el resto de locales nativos están, o bien cerrados o bien, bien alejados del japo. Entras abriendo unas puertas sacadas de la casa de verano del Dr. Mashirito: recuadros de madera por doquier, cortinas de papel y, cómo no, cartel con kanjis en neón (copiado de los chinos, ta claro).
En seguida, una amable señora de ojos rasgados y que camina como si tuviese mil juanetes por pie, te anuncia cuántos sois y que la sigáis. Claro, te entra el miedo porque esa señora vestida con quimono te recuerda al fantasma femenino que alargaba su cuello para asustar a los campesinos de las zonas rurales del Japón medieval tardío. Compruebas, por fortuna, que es un ser humano normal, aunque un poco canijo, y tomas asiento.
La ambientación de la sala recuerda a la de los chinos pero con un toque más sobrio: te das cuenta de quién gobierna el negocio de la tecnología mundial, y después de esquivar propaganda de Toshiba, Kawasaki y Nissan lanzada cuales estrellas ninja contra ti, te entregan la carta. Eliges rollito, fideos y, cómo no, el sushi. Sushi es el plato estrella, símbolo de una cultura exportada a occidente, y que su no-ingesta se entiende como una ofensa a toda una nación.
El rollito, excesivamente pequeño y falto de sabor; los fideos, tallarines; y el sushi, crudo.
Además, pides ayuda a un comensal para que retire, poco a poco, el palillo alojado en tu ojo izquierdo.
Aún así, no pierdes la esperanza. Te han contado maravillas de los restaurantes japoneses y tu cerebro se esfuerza por disfrutar de ese castigo gustativo.
Llega la hora del postre, ¿helado o sandía? ¿qué es más japonés? Evidentemente, helado de sandía. Y por fin, llega el momento en que traen el sake y prevés que te faltará hígado para filtrar todo el alcohol ardiente que baje de tu esófago.

¡Por Kamisama, todo esto no salía en Bola de Drac!

lunes, 14 de septiembre de 2009

El futuro nos vigila (I)

"No existe ni existirá la máquina del tiempo, ya que si así fuera, la presencia de turistas del futuro nos lo hubiese confirmado".
Stephen Hawking.

Cómo no, rechisto. Y rechisto desde mi gran ignorancia al espacio-tiempo, a la relatividad y a la física cuántica. Y se lo digo a usted, señor Hawking. Me sorprende esta pedante postura; esa intransigencia nada propia del científico, que por definición está abierto a nuevas hipótesis. Me hace sospechar, señor Hawking. Aquí hay gato encerrado. No me creo que ésa sea su postura ante los posibles viajes en el tiempo. No me creo que usted haya llegado a esa conclusión propia de un estudiante de la ESO. Más bien creo que son palabras postizas, puestas por alguien o algo... ¡Oh! Idea para un guión de cine sobre una conspiración guvernamental con la que tapar la existencia de la máquina.

Me veo obligado a enlistar los contras (lo único que he hallado en esta frase del célebre cerebrito):
1. Nunca digas nunca.
2. La máquina existe, no como tal, pero existe, de lo contrario no se hablaría de ella (falacia).
3. Seguramente, los turistas del futuro no lleven camisetas en las que figuren su origen temporal.
4. Supongo que el anunciar que sí existe tal transporte, provocaría una alteración en los acontecimientos venideros quizá poco recomendables para nuestro/su futuro.

Por otra parte, veo que el tema OVNI puede resultar jocoso, pero no es tan descabellado como puede parecer. ¿Cuántos habrán pensado que los pilotos de estos objetos voladores no sean esos visitantes del futuro que el señor Hawking tanto ignora? Ahí lo dejo. Seguiré con el tema en cuanto estos espías se hayan ido.

Reflexiones de un ex-enamorado

Hoy, después de más de un año, he visto al que fue el amor por el que soplaba los vientos. El primer reencuentro ha sido una extraña versión de "Cuento de Navidad" de Dickens, donde tres "yos" han hecho acto de presencia a medida que pasaba el rato.

Mi "yo" del pasado ha abierto conversación. He notado como esa alegría al estar en el portal de su casa y esperar verla mirar por el balcón a la espera de una sonrisa suya y, acto seguido, el abrir de la puerta. He sentido como una vivez que parecía perdida por el inmenso océano de emociones, y que con sólo su sonrisa hubiese sido salvada como si de un náufrago se tratara. He vuelto a sentir un color dentro del cuerpo. Ese fresco calor del despertar, de la improvisada inmediatez del enamorado que circula por todas las ventanas abiertas del cuerpo. Parte de mí ha vuelto a vivir. Ha vuelto a sentir esa compañía de alma que tanto ansía el ser humano; ese reconocimiento hacia algo conocido.

Mientras el "yo" del presente entraba en escena vestido con sus harapos viejos y grises, el del pasado sólo quedaba en un segundo plano, conservando su protagonismo, hecho que ha contrarrestado que la característica apática del segundo se minimizara en cuanto intentaba obtener el papel principal. Realmente ha sido como una lucha entre bien y mal; como un padre e hijo en el que el ascendiente educa al otro diciéndole que se calle cuando no debe hablar. La suerte ha sido que el padre ha estado bastante pendiente de que ese hijo deprimido no abriera boca durante todo el tiempo.

Por tercero, el "yo" del futuro (más bien del futuro inmediato, puesto que siento una fuerte transición positiva entre varios "yos") ha tomado el relevo y sólo se ha mostrado tal y como es. Mostrándose ante ese amor que tuvo su estado anterior y diciéndole que la mano siempre la tendrá tendida, que esa oreja siempre estará escuchando.

Es curioso el amor: hace que el corazón quiera sufrir para ser feliz.

Y como ex-enamorado, hoy digo que mi corazón,
a sabiendas del dolor, le apetece pegarse un chute de amor.

domingo, 13 de septiembre de 2009

New game


Mañana comienzo clases y eso significa que se abren muchas oportunidades, mucho por descubrir y por ganar. Quizás sea mi última oportunidad... Tengo mis nuevas cartas, mis nuevas estrategias y mi nuevo plan para este nuevo curso. Falta ver los demás jugadores de qué palo van, que trampas van a usar (y usarán muchas trampas) y cómo voy a afrontarlas y desenredarlas. Este año toca apostar muchas veces y apostar fuerte si quiero conseguir algo. Habrá que estar más atento que nunca. Juego en dos campos distintos, el viejo conocido y el New Camp: ¿de cual sacaré más partido?

Es hora de jugar en serio, mis amigos, y quien no esté dispuesto a querer ser el Señor del Juego, el que cambie las reglas ganando, será mejor que se retire porque no quiero entrometidos en mi partida, gente que solo quiere pasar el rato. Solo jugaré con aquellos capaz de arriesgarse, de comprometerse y si no existen esos jugadores los haré yo mismo...

¡Adelante!

martes, 8 de septiembre de 2009

Que cada uno siga su camino...

"Medimos nuestro éxito por el fracaso de los demás" (Iván Illich)

Así es. Y no se que más decir porque me gustaría decir que yo no lo hago y que uno debe construirse su propia senda a su gusto, tomando sus propias decisiones y sin estar comparándonos constantemente con los demás. Pero no es tan fácil, ya lo sabemos.

Son miles los factores que llevan al éxito o al fracaso y muchos de ellos no los controlamos (como por ejemplo en qué familia o lugar nacemos). Por otra parte, éxito y fracaso dependen tb del conformismo de cada uno y quien tiene éxito en el amor puede fracasar en el trabajo o al revés...

viernes, 4 de septiembre de 2009

El mundo de las promesas incumplidas

"Bendito sea el que no espera nada, porque nunca será defraudado"

Purguemos el mundo de charlatanes que hacen que nuestra sociedad esté repleta de desconfianza, desencanto e incredulidad. El verdadero héroe es aquel que cumple sus promesas sin importar nada. Si queréis marcar la diferencia con la mediocridad, tan solo cumplid con lo que decís que haréis y vuestras palabras serán como hechizos que convencerán a la gente. es el sabio-superhombre: aquél en el que todos ponen su esperanza, cuya sola presencia inspira confianza y tranquilidad...


Esa es mi meta: mi medicina contra el verdadero cáncer de este mundo

Un verdadero escritor-creador según Caterina Albert

"Dogma, escola, codi, conjunt de normes preestablertes dins una esfera de creació, vol dir limitació, que equival a minva, la minva a decadència i la decadència a traspàs, a mort. [...] És sempre iconoclasta i ultradogmàtic; trenca tots els motlles, capgira totes les teories i imposa noves lleis, potser tan il•lògiques i pernicioses com les que vulnera, però noves a la fi, és dir, desestancadores, contràries a la immobilitat, signe de mort."
"Lloramos al nacer porque venimos a este inmenso escenario de dementes" (Shakespeare)

Yo diría más bien que lloramos al nacer por venir a este inmenso escenario (pues todo son apariencias y juegos de interpretación como vio Shakespeare) de normales, de dormidos, de conformistas que hablan falsamente de revolución para hacerse los progres y poder follar más o gozar de un carisma inmerecido.
La demencia de esta sociedad se llama normalidad, es decir, muerte, estatismo provocado por una sociedad en la que se nos enseña que la felicidad es evasión. La verdadera demencia aun está por descubrir.

¡Despertad de vuestro letargo mentes inquietas e intranquilas y agitad con vuestros actos a esta sociedad hipócrita!

El nombre de la obra: ¡El despertador del apocalipsis! (no es un mal nombre para un blog)

Nota: Aquí utilizo la palabra apocalipsis en el sentido originario de "revelación" no de destrucción absoluta.

jueves, 3 de septiembre de 2009

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Al Cafès Pont

Poques vegades, per no dir cap, he sentit haver escrit res amb tant de subtext com el relat que us deixo a continuació.

No és cap Shakespeare, però és un testimoni de què a l'avorriment, amics meus, se'l pot treure molt més suc del que normalment se'l treu.

Espero que us agradi.

CAFÈ AMB LLET

Em trobava sol al bar. Al meu costat hi havia assegut un matrimoni de mitjana edat. Tant marit com muller van demanar el mateix: un tallat; l’un amb sacarina i l’altra, descafeïnat. A l’altre costat hi tenia una dona gran, on tot just a la clepsa hi tenia una gran trossa blanca. La seva cara, marcada per la vida, estava coberta per unes ulleres de Sol enormes, de color bru. La vella es va demanar un cafè sol.

Les cambreres del cafè anaven amunt i avall, feien bromes amb els clients i s’afanyaven a enllestir les comandes per a netejar les tasses. Era una escena extreta de Dance at Le Moulin de la Galette; la vivesa, festa i alegria eren palpables a cada fibra d’aquell llenç present. I jo, l’únic client del bar, vaig demanar un cafè amb llet. Molt bo, per cert.

Vaig seure a una taula que es trobava dins d’una parcel·la imaginària que s’estenia des del pom bronzejat de la porta del local fins l’últim prestatge regalimós de lleixiu de la rebotiga. I, com és normal, no hi havia ningú que omplís cada racó d’aquell establiment. S’hi oïa la gatzara que produïen les boques, que articulaven simultàniament, i de manera inconscient, mots desconcertants, paraules cobertes d’una flassada feta de boira. S’hi deia molt, però no s’expressava res.

La barra del bar era buida, les cafeteres apagades, les cadires ben posades i les taules netes; tan netes que donava fellonia. Ningú conversava, Ningú llegia el diari i Ningú prenia el cafè de les onze. Era com estar ben bé al bell mig d’un cementiri animat per la disbauxa de les ànimes festejant el dia de Tots Sants. Jo, però, hi seguia pensant què dir, què aportar a aquella sorda i infranquejable animada al·lucinació.

Em vaig acabar el cafè, i hi van passar minuts. Molts minuts. Em sembla que van ser uns quaranta vuit, i l’escuma del cafè que hi restava al pregon d’aquella tassa buida ja s’havia corsecat. De cop, em va esverar la fressa d’una màquina trituradora de cafè. Vaig mirar... i res.

Hi era tot sol dins d’aquell bar ple de gent.

(Extraído de elpare.blogspot.com)

La grandeza de la caída

"¡Titán!, a cuyos ojos inmortales
los sufrimientos de la mortalidad,
vistos en su lastímera realidad,
no fueron de las cosas que los dioses menosprecian:
¿cuál fue de tu piedad la recompensa?
Un silente sufrir, e intenso;
la roca, el buitre y la cadena;
de dolores cuanto puede
advertir el altanero, la agonía que no muestra,
la asfixiante sensación de la congoja,
que sólo habla en su aislamiento
y está después celosa de que tenga
un oyente el éter,
y no ha de sollozar
mientras su voz no está sin eco.

¡Titán!, a ti se te concedió la pugna,
del sufrir y del querer,
que torturan cuando matar no pueden.
Y el Cielo inexorable
y la sorda tiranía del Hado
- el prevalente principio del Odio,
que para su deleite crea
las cosas que puede aniquilar-
te rehusaron aun la gracia de la muerte.
[...]

Tu crimen divinal fue el ser benévolo,
hacer con tus preceptos
que fuera menos
la suma de las miserias humanas,
y esforzar al hombre mediante su propia mente.

Defraudado aunque fuiste por lo Alto,
sereno en tu paciente energía,
en la fortaleza y la repulsa de tu espíritu impenetrable
que el cielo ni la tierra lograron conmover,
de una potente lección te somos herederos:
tú eres un símbolo y un signo
para el hombre de su hado y de su fuerza.
Como tú, el hombre es divinal en parte,
-turbio torrente de una fuerza pura-
y puede en las porciones
avizorar su propio, funeral destino,
su miseria y resistencia,
y su cuitada, sin aliados, existencia.
Frente al cual, puede su Espíritu
-émulo para toda pesadumbre-
emplazarse él,
y una firme voluntad y un percatar profundo,
que hasta en la tortura logra vislumbrar
su propia, concentrada recompensa.
Triunfa si se atreve al desafío
y hace de la muerte una victoria."

Diodati, julio 1816

de Lord Byron

Un homenaje a este bello poema.

El Caballero Macarra

El caballero de la fiera nariz

Aquí está la gloriosa caída del caballero que superó a Lancelot. Como decía Henryk Ibsen: "El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo". Os presento al enemigo del pueblo, aquél que destapó la gran mentira y cómo agradecimiento fue marginado y asesinado:

"¿Conque busca pelea?
(Todos retroceden)
Se ha atrevido a decirme que mi nariz es fea.
(Levantando la espada)
¿Qué decís? ¿Qué es inútil? Ya lo daba por hecho.
Pero nadie se bate para sacar provecho.
No, lo noble, lo hermoso, es batirse por nada.
Aunque vengáis a cientos, no temblaría mi espada.
Y sí, ya os reconozco. Sois mis viejos rivales.
(da estocadas al aire)
¿La mentira? Pues toma. Los pactos inmorales, los prejuicios, la envidia... ¿Que si firmo una tregua?
¡Jamás! Ah, la idiotez, te conozco a la legua.
Sé muy bien que esta guerra me la vais a ganar,
pero vencer no importa. Lo que importa es luchar.
(Describe verios molinetes; luego se detiene, jadeante.)
Me habéis quitado todo: el laurel y la rosa,
pero, por más que os pese, aun me queda una cosa
que no podréis quitarme, y que esta noche, cuando
cruce el umbral del cielo, aun seguirá brillando.
Es algo que me llevo para que Dios sonría,
y en sus brazos me tome divertido y feliz:

- ¿Qué es ello?

Mi penacho, lleno de gallardía, y la brava apostura de mi fiera nariz."

Cyrano de Bergerac.

El Caballero Macarra

Las tablas de la ley o mandamientos contemporáneos

1. Buscarás trabajo, aspirarás alto en la vida, buscarás el éxito y la gloria profesional o serás un fracasado.

2. Buscarás una buena mujer que a la que cuidar y amar y que te cuide y te ame por el resto de vuestros días. Una mujer "de buen corazón" (me haré cardiólogo para ver si entiendo eso!).
2.1 Formarás con ella una buena y gran familia a la que le dedicarás todo el tiempo del mundo y enseñarás a tus hijos a ser educados para que no se descarrien a la primera de cambio con la televisión, las malas influencias o los malvados y violentos videojuegos que te convierten en bestia.

3. Te sacarás el carnet de conducir, si es a los 18 mejor, y lo usarás constantemente para ir a todos sitios y ser más independiente (comienza aquí el mito de la independencia). Si no lo haces serás un ecologista incomprendido.

4. Te independizarás cuanto antes mejor para no ser un lastre para tus padres y saber apañártelas solo. Si lo haces pronto serás el amo (tías todos los días en tu casa, fiestas, horarios que quieras, etc.) sino serás un niño de papá hasta que lo hagas y todos se reirán de ti con condescendencia.

5. Seguirás una dieta equilibrada: mucha verdura y mucha fruta. Sino serás un iluso que morirá a los 40 por tener un colesterol que te saldrá por los ojos.

6. Deberás tener un cuerpo atlético e impoluto, un físico musculoso y sin grasas ni pelos, hacer ejercicio cada día en el gimnasio un par de horas (aquí se vuelve a mezclar la salud con la estética)

7. Deberás leer varios periódicos cada día para mantenerte al tanto de la actualidad y comparar unos periódicos con otros (ya se empieza a dar cuenta uno que le faltarán horas en el día para hacer todo lo que debe hacer).

8. Harás una carrera prestigiosa, de esas que todo el mundo conoce y no tienes que explicar a nadie (no como Humanidades o Historia que te preguntan que es o para que sirve y uno se tiene que arrancar los pelos) sobradamente se sabe que dan trabajo a patadas (derecho, medicina, arquitectura, periodismo, psicología o cualquier ingeniería).

9. Jugarás hasta los 15 a todos los juegos que quieras, luego irás a la discoteca el resto de tu vida como actividad de ocio reinante y de anciano cuidarás de tus nietos y les enseñarás los viejos valores mientras juegas con ellos al parchís o al dominó.

10. Te rodearás de amigos, cuantos más mejor, gente que esté a tu lado para las buenas y las malas y en las que puedas confiar siempre (¿dónde viven esas leyendas?)


Conclusión: Te morirás de asco y de aburrimento por no haber hecho en tu puta vida lo que querías sino lo que todos te decían que hicieras porque era lo más "conveniente" y "sensato".

Lo peor de todo es que si no cumples los 10 mandamientos deberías sentirte muy culpable y angustiado por ser una oveja descarriada, ir contracorriente o no tener los pies en el suelo.

¡Cuantas depresiones no se evitarían a tiempo si se dijese a la gente que todas estas leyes no deberían ser leyes!

¿Quien puede hacer todo esto?¿Hay que hacer todo esto para ser feliz y tener una vida plena y justa?¿Cuantas de estas leyes no se entienden y son estúpidas pero son conocidas por todos como el pan nuestro de cada día?

No os desesperéis amigos, solo vivid vuestra vida con intensidad a vuestra manera.

El Caballero Macarra