La amistad es nuestra religión; Nadie, nuestro Dios; y la ignorancia, nuestro templo. Bienvenidos.

lunes, 14 de junio de 2010

Mea culpa

Escribo animado por Fénix. La verdad es que escribir sobre algo que te ronda por la cabeza es muy reparador. Hace años lo hacía dibujando, pero estando en el trabajo como estoy, es algo más difícil.

A lo que voy. Llevo dándole demasiadas vueltas a algo que ocurrió no hace más de 48 horas, y es el no haberme aprovechado de la situación. Me explico. El sábado quedé con Fairy Tale, dado que el corto que estaba grabando ya lo acabamos con tiempo para perderlo por la tarde. Miro mi agenda y descubro, sin sorpresa, que sólo figuran el nombre del día con su respectiva numeración del mes. Nada más, ninguna cita a la que acudir. Las fechas me miraban , y yo a ellas. Era algo desolador. Sabía que ni Fénix ni Rapsoda estaban disponibles, con lo que mi soledad se acentuaba mucho más dentro de mi coche. Ésta iba ocupando los recobecos de debajo de los asientos, dentro de las rejillas de ventilación y por cada una de las fibras del polvo de las alfombras: aquello más que un coche era un reactor nuclear apunto de estallar. El momento era crítico, hasta que recordé a uno de mis pilares amistosos: Fairy Tale.

Mundo sabe que Fairy Tale y yo mantenemos una relación limpia, honesta y transparente, pero como todo cristal, algunas veces se empaña de baho y, otras, de mugre. Bien, la llamé, quedamos, nos vimos y estuvimos juntos paseando, qué grácia, por Barcelona. La cosa estuvo bien. Yo, no sé si lo notó, me insinué más de una vez con comentarios tan indirectos que parecían la ruta de un taxista. Ella, me di cuenta, se insinuó alguna vez que otra, pero no llegamos a sincronizarnos.

Cuando decidimos marchar de ahí, percibí, otra vez, el momento de empitonarme hacia sus labios como un bravuro enchido. Pero nada, no tuve cojones. ¿Qué son los cojones, aparte de un una bolsa con dos pelotas y cubierta de espeso pelaje rizado? ¿Es valentía y el séquito de sus sinónimos? ¿Por qué no la prudencia se relaciona con los cojones? ¿O bien la honestidad y sinceridad? Recuerdo la frase de un hombre cuyo nombre no recuerdo -de verdad, no lo recuerdo- que rezaba algo así:
"Mi sinceridad ha sido la que más me ha engañado".

¡Qué rabia me doy y me di en ese momento! ¡Pudiendo ser una noche estrellada, ¿por qué conformarse con una de ciega?! Es como si hubiese permitido regalar al rufián más despreciable un tesoro que me ha costado lustros conseguir. Es la auto-impotencia de haberme cortado las manos por miedo a que me las cortaran otros. Haber frenado el bódido porque sí. Miedo a poder degradar una relación preciosa en besuqueos, penetraciones, leche de huevo y colchas sudadas.
No vemos más allá de nuestras narices. ¿Os podéis creer que me pusiera, así de buenas, "Me gustas mucho" de Rocío Durcal, y que yo me limitara a cantarla como un gilipollas? No digo que obligatoriamente significase nada, pero aquello era una carta con la que podía jugar. Me enfrenté con la providencia, y me hizo jaque al primer saque.

El pasado en sí no existe, pero es de gran utilidad para que nuestras vidas no se conviertan en verdaderos déjà vus.

Y ahora que ya he acabado y me siento más aliviado, debo decir que he perdido una hora de trabajo gracias a tu consejo, Fénix. En fin, mea culpa.

Persona imaginaria

2 comentarios:

  1. mira la última actualización que hice, que era muy corta, muy clara y es la solución a esta actualización. Dos consejos extras del Fénix:
    1. Tu sinceridad no te engaña, es tu constante inseguridad en ti mismo lo que te debilita.
    2. Arrepiéntete solo de aquello que no hiciste cuando quisiste hacerlo, no de aquello que quisieras hacer ahora y en su momento no lo hiciste porque eras otro.

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  2. Dichosos los ojos..! incontables los meses que no asomaba la cabeza por aqui un relato original tuyo. así que un aplauso para el que lo ha conseguido entre comillas, nuestro querido fénix, y por supuesto para ti. tienes un par de frases en él que me han gustado bastante. sé que no crees demasiado en esa "rama" tuya, pero te animaría a que no dejases nunca de escribir.
    J.Y.

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