La amistad es nuestra religión; Nadie, nuestro Dios; y la ignorancia, nuestro templo. Bienvenidos.

jueves, 27 de mayo de 2010

Humilde presente

Hace tiempo, me crucé con un viejo compañero al que hacía años que no veía. He de admitir que me hizo bastante ilusión verlo, aunque por supuesto desconfié del lenguaje hueco que todo lo llena con el que nos despedimos, “ya nos veremos”. Ya nos veremos, premisa que hoy en día significa que, si se tercia, volveremos a coincidir de aquí unos pocos años o unos muchos meses y volveremos a saludarnos y a alegrarnos de nuevo por vernos y al final despedirnos de nuevo diciendo “ya nos veremos”.
Vale, genios, esa persona, como habréis adivinado, es mi amigo C. Pareja. Convencido como me fui aquel día de que por supuesto ni íbamos a quedar y de que íbamos a tardar mucho tiempo en volver a coincidir, poca esperanza hubiera dado yo al que me hubiese dicho que, en cuestión de un año, sería no solo uno de mis mejores amigos sino un pilar básico en mi día a día.
Podría decir muchísimas cosas buenas de él, pero son cosas que 1-quien lo conoce, ya las sabe 2- quien no lo conoce, tiene derecho al placer de descubrirlas por sí mismo. Así que me quedaré con un par de detalles: tiene la virtud de valor incalculable de estar siempre ahí, y tiene la capacidad de conseguir todo aquello que se proponga (virtudes que, vale la pena decirlo, comparte con mi otro gran amigo). Lo que sea. Talento, arte y ganas no le faltan. Además de ser una de esas personas capaces de esbozar una sonrisa en cualquier rostro con el pincel de su frescura, es sin duda una de las más polifacéticas que conozco. Y no polifacéticas en el sentido de “aprendiz de mucho, maestro de nada” (eso lo puede hacer, y de hecho presume de hacerlo, mucha gente), no, sino que es capaz de hacerlo con éxito en campos muy distintos. Y por supuesto ya no me refiero solamente a las expresiones artísticas, que también. Me refiero en lo personal, en lo social.
Este año ha sido uno de los más difíciles (por no decir el más difícil, ya que aún no ha acabado) con el que he tenido el placer o la desgracia de enfrentarme. Se han juntado muchas cosas y, las personas de débil voluntad como yo, preferimos bucear en ese océano de dudas, frustraciones, fracasos, sinrazones, sinsabores y sinvivires en vez de gastar ese aire que tenemos en los pulmones para intentar salir a la superficie y buscar ayuda. Nos gusta revolcarnos en nuestra miseria, lógica humanoide. En este año tan difícil, donde uno ha ido perdiendo cada cosita que le importaba, por pequeña o nimia que pareciese, hasta quedarse en nada, no puedo por más que agradecer a mis amigos Pareja e Isaac que hayan estado a mi lado y lo hayan hecho mucho más llevadero; no sólo compartiendo las cargas (como si fuera poco), sino ayudándome a vislumbrar en más de una ocasión esa ruta de ascenso que tan duramente buscamos, desorientados en el barro que nosotros mismos levantamos en el fondo marino.
Pero lo que nunca podré acabar de agradecer, es que me hayan enseñado el significado de amistad. Claro que he tenido colegas, y gente que he considerado amigos, y puede que lo fuesen. Pero ninguno como ellos*. Ninguno como ellos puesto que tanto ellos como yo hemos establecido las bases de nuestra relación en torno a la sinceridad. Extraño fenómeno. Poder decir y hacer lo que a uno le plazca, sin importarle cómo será tomado, no tener la necesidad de expresar una idea, porque ya te la han leído, comprender en silencio o no tener que “esforzarse” para integrarse, pues ya estás integrado. Las parejas van y vienen, los colegas están y no están, incluso la familia (esa gente que tenemos que estimar más por parentesco), pero una relación así es prácticamente indestructible, una amistad como la nuestra, basada en el compartir y en la honestidad, en la ayuda y el soporte mutuo, desinteresada en la conveniencia, incluso por muchos años que pasen sobre nosotros, es una amistad que perdurará. Y eso, amigos, es algo que no tiene precio.


Por todo ello, y pese a que ya sabéis que no soy ni demasiado partidario ni mucho menos entusiasta de este tipo de eventos, ésta vez sí que merece la pena celebrar la fecha en la que uno de estos dos amigos llegó al mundo listo para hacernos reír con sus irreverentes ocurrencias, así que... felicidades chaval!
P.D.: todo esto no hubiera tenido cabida si mi móvil hubiera funcionado, pues te habría llamado y te hubiese dicho “felicidades, qué tal el día, qué te han regalado, listo, adiós”, pero como ni tengo tu móvil, ni tu fijo, ni sé cuándo ni si vas a estar en casa, pues he aquí mi humilde presente... por cierto, qué tal el día? qué te han regalado?!?


*Sí que ha habido otras pocas amistades basadas en la sinceridad, pero con Moha se ha hecho extraño, con Teresa hizo su estúpida aparición el deseo, y con Anatma y Noe es diferente. Son otro tipo de relaciones, me sentía obligado a aclararlo porque en ningún caso me gustaría ningunearlas, y puesto que es tan difícil encontrar gente así, se merecen esta parcelita en “el confesionario”. (y a parte no son sus cumples, coño!)

lunes, 24 de mayo de 2010

En Perdidos todos nos perdemos y todos nos reencontramos

Sin sentido. No se han dado las respuestas. Incoherente. Se les ha ido de las manos.

Sí, todo eso es cierto. Pero como dice Cristian Shepard al final: "Todo es real", aunque para Jack, como para todos, nada lo parezca. Porque la vida es así de incoherente, sin sentido y, sobre todo, no da respuestas a muchas preguntas. En otras palabras, Lost recrea la experiencia de vivir, un mundo que se nos escapa, donde como dice Hugo a Sayid en uno de los momentos más magistrales del final: "Te han dicho que eres mala persona. Y te lo han dicho tantas veces que te lo has acabado creyendo. Pero no debes consentir que nadie te diga cómo eres. Eso lo decides tú."


¿La Isla? Es el espacio sublimado donde se maxifican esas experiencias hasta trascenderlas y convertirlas en algo místico y superior precisamente por su intensidad. Un reality show muy sofisticado. Donde los milagros, fantasías, pesadillas y delirios se vuelven realidad. Paraíso e Infierno al mismo tiempo.

Perdidos es pues la experiencia de vivir, un viaje lleno encuentros y desencuentros, de buenos que se vuelven malos y luego otra vez buenos y así constantemente, porque esa es la condición humana, y todo es gris y ambiguo porque todos estamos cambiando sin parar y también nuestro contexto. Las experiencias, los recuerdos, las vivencias, las memorias de la vida, los instantes acumulados con sitios y personas... es lo único que nos llevamos, y es lo que queda al final de la serie: un espacio de comunión y reencuentro de las vidas pasadas entrelazadas en una maraña de historias compartidas, de amores, amistades y odios que se van redefiniendo sin parar.

Lo que cautiva de Perdidos es la recreación de la experiencia de los personajes, que somos todos, con los que de muchas formas nos sentimos identificados. Con sus anhelos, terrores, crímenes, errores y virtudes, la preciosidad y riqueza de miles de situaciones humanas tratadas con la complejidad o simpleza como las vivimos gracias también a unos actores cuyas interpretaciones son sublimes.

Es arte porque es sugestión ante todo. Y aunque ahora muchos la odiemos porque sintamos que los productores nos han estafado y jugado con nosotros solo puedo decir que una vez más han demostrado su grandeza. Porque esa sensación también es fundamental en la experiencia de vivir. Y todo se acaba y tiene su fin por muy decepcionante que resulte. Y a pesar de ello, continuamos cayendo en la trampa, incluso aquellos que más se quejan de la caída de la serie y la pérdida de su esencia y al final todos deseamos con todas nuestras fuerzas que la serie continúe, esperando unas respuestas que nunca llegarán porque nadie las tiene. Incluso los dioses se preguntan por qué.

La necesidad de respuestas y dar sentido a todo siempre nos acompañará, pero la realidad no es coherente y cerrada, y un final así tampoco lo habría querido nadie. Y si se les ha ido de las manos es porque el mundo que han creado era demasiado grande y complejo y como dioses su creación ha acabado independizándose de ellos, porque ha sido un fenómeno mundial y en Perdidos todos nos perdemos y todos nos reencontramos.

Y yo, pues, no había llorado y reído tanto al mismo tiempo en la tele nunca.

Lost Fénix

sábado, 22 de mayo de 2010

Regreso a la infancia 3




Fénix Revientaojos

viernes, 21 de mayo de 2010

Solución al día de hoy


Debería haberme comprado esta camiseta...

Fénix sin la camiseta

jueves, 20 de mayo de 2010

Y no pude dejar el tabaco

Algunas personas se sientan a escribir sin tener nada que decir. Yo soy una de ellas. Estais avisados, la coherencia de este texto es nula; los temas se van a ir solapando como olas del mar. Porque de eso se trata todo, de no aclararse... De pensar que uno no ha cambiado un ápice desde los quince años. Algunos lo llamarían bendita juventud, yo me inclino más por la verborrea existencialista y lo considero una simple excusa para no cumplir los objetivos propios.
Veréis, dicen que el hombre es el único que tropieza dos veces con la misma piedra. Ese tipo de hombre tiene suerte. Otros, después de tropezar por segunda vez, agarramos la piedra con la mano y nos la quedamos mirando como bobos, nos la guardamos en el bolsillo y metemos a la lavadora los pantalones con la piedra incluida... El resultado final? Esos pantalones acaban con los bolsillos llenos de piedras. Caminar cuesta más, y de vez en cuando nos paramos en el camino para volver a sacar las piedras y volver a quedarnos mirándolas como bobos. Ahora.
A parte de las piedras, el caminante tiene otros problemas, a veces pierde la orientación y se mete en frondosos bosques o explanadas inmensas. Cruzarlas es mucho caminar. El paisaje es monótono y para distraerse, el viajero se evade de la realidad y empieza a pensar, más bien soñar. El problema es que ahora no presta atención al camino, podría perderse otra vez, o aún peor, tropezar con algún pedrusco. A veces, el caminante sigue un sendero que llega a disolverse y se encuentra otra vez sin saber donde está. ¿Dónde cojones me llevaba este camino?
En algún momento pisará la carretera, y aquí tiene varias opciones, o hacer autoestop o ver como pasan los conductores a toda velocidad (los conductores fueron mucho más listos que él, desde un principio sabían que el coche era más comodo y rápido). El único consuelo está en que los coches a veces pinchan o se les acaba la gasolina... Claro, que también muchos caminantes se quedan en el camino, muertos de tanto caminar como imbéciles por un camino que parece nunca acabar de ser caminado.
Es hora de sacar el pulgar y comerse el orgullo. Las piedras se quedaran en el pantalon, pero éste no se llenará más, alomejor aún está a tiempo. Los coches también se pierden, pero suelen tener GPS.
La única cosa es que... el paisaje no se ve igual detrás de la ventanilla...
Un precio más que asequible, no?

Entrada cedida por
Raulinho

martes, 18 de mayo de 2010

En la Torre Babel

Subiendo una escalera interminable
el trepador miró hacia abajo:
"cuán bello hubiese sido no haber comenzado".
Porque creía que estaba muy arriba,
y no se veía el final.

¿Cuantos compañeros habían caído?
No los contaba ya.
Aquella era la carrera de la vida.
Un laberinto sin fin.
Y quien más dio más perdió.

Fue rico un día y hoy ya no lo sabe.
Todo comenzó con una multitudinaria expedición,
y sus esfuerzos fueron tan heroicos como sus errores,
pero solo él sabe la trayectoria que siguió
por los intrincados pasillos del lenguaje.

Creía que estaba ascendiendo,
ahora no sabe si desciende,
seguro que continua caminando,
guiado por su vituperado instinto.
Y quien más dio más perdió.

En los rincones más inesperados,
suele reaparecer un viejo avituallado amigo,
quien perdido como él,
a veces pasa de largo,
o descansan juntos un rato de sus fantasmas.

Un soberbio viaje en la Torre de Babel,
pues así es la vida,
y los enemigos de hoy
pueden ser los amigos del mañana.
¿Quien más dio más perdió?

Nunca hay garantías pero, ¿te apuntas?

Y así comenzó todo.

Fénix de Babel

domingo, 16 de mayo de 2010

Cap de pardals o cap de trons

Doy el callo por dinero,
empollo para perder la cabeza,
¿en llamar la atención?
¡Yo quiero ser el primero!
Molesto para remediar mi pereza.

Asusto e incordio por diversión
protejo mi tierra por vocación
atraigo a ingenuos ilusionados
asusto a cobardes desconfiados
mientras sigo en mi crucifixión.

El espanto es mi trabajo:
señor en el reino de lo baldío,
mi imagen es de lejos una farsa,
¿mi esencia? Una fantástica comparsa.
Engaño al pedante y al ignorante.

¿Mi locura? Es por mi soledad,
algo excéntrico pero honrado,
guardían de mi desierto,
en mis ideas fiel sigo clavado
para poder decir: ¡No he muerto!

Fénix espantapájaros

miércoles, 12 de mayo de 2010

Efecto Pigmalión


                                                                  Se crea lo que se cree

Fénix Creador

martes, 11 de mayo de 2010

Singulars - Mario Alonso, la 2ª oportunitat

Por favor, miradlo con tiempo y suma atención.


Pa-pan-americano

jueves, 6 de mayo de 2010

Los hombres que soldaban humanos o héroes invisibles

Había una vez un hombre llamado el Constructor de Puentes Humanos. Era un hombre solitario, como no podía ser de otra forma en un verdadero líder. Los hombres como él se se sacrificaban en pos de un objetivo: crear vínculos humanos fuertes y duraderos. Esto es un Creador de Comunidades, héroes silenciosos destinados a estar solos.

Desde un punto de vista actual esta figura tiene un equivalente más o menos sinónimo: el Gestor Cultural. Pero el verdadero Gestor Cultural es tan solo un funcionario. El personaje que yo describo es un negociador locuaz, que conoce muy bien la psicología humana y cuyo papel diplomático y supervisor es caduco. Los librepensantes como él solo arraigan, no se arraigan y al final de su carrera, para reforzar la comunidad se van y dejan que se emancipe. Dan un sentido de ser al grupo, un propósito, un objetivo y hasta un enemigo que los ligue, pero no se comprometen emocionalmente con la comunidad, porque su sino es viajar en el desapego para poder realizar correctamente, objetivamente, su trabajo. Seres sin hogar, en todas partes recordados, pero en ningún sitio cómodos. Un héroe no es vanidoso.

Al final ellos mismos se vuelven fríos y distantes y su trabajo lo realizan de una forma inhumana, maquinal, despiadada y cruel pero terriblemente eficiente. Desconfían obsesivamente de la humanidad y por eso la comprenden y encuentran compensación y satisfacción en ser artistas invisibles no reconocidos. Si el Soldador es bueno perduran sus logros y gestas, sus nombres son olvidados, y ellos, en tanto que artífices y tejedores anónimos, sin búsqueda de gloria, son imposibles de rastrear excepto por sus obras. Y ellos mismos se convierten en sus propias obras.

Fénix Soldador

lunes, 3 de mayo de 2010

Regreso a la infancia 2

Ya mi colega hizo su propia dedicatoria a esta gran serie de dibujos que para mi ha sido la gran olvidada de nuestros tiempos a la altura de Dragon Ball. Yo le hago este segundo tributo más preciso. La música denota la gran epicidad de esta serie. Y estoy pensando comprarme todos los comics de esta serie en el próximo salón por 275 euros, yeah! Aunque la serie acabó sin llegar ni siquiera a su ecuador y el final precipitado es una adaptación, lo que viene después es todavía mucho más espectacular:

"Corte de roca, corte de agua, corte de aire...: ¡Corte de todo!. Ahora puedo cortarlo todo. Corte mortal de Abán!!!!"

Caballero del Fénix

Regreso a la infancia 1

Estos dos vídeos colgados anteriormente forman parte de mi primera etapa de regreso a la infancia inspirada por el compi del blog.

Esos malos malotes y esa música fightning in the street luchando con la buenorra de la Blaze y cargándote con bates de baseball y misiles aparecidos de deportivos tuneados a Gordos que lanzan fuego por la boca y ruedan (minuto 4) y Freddy Kruegers urbano-decadentes... uno de los mejores juegos de la historia. Yo también iría así por la calle con esa música.

Fénix Urbano

Streets of Rage Intro

Streets of Rage 3 - Stage 1 - Blaze

El llanto



Pierdo mi vista delirada en el horizonte,
buscando tu rostro perdido entre la multitud.
¿Dónde estás mi enamorada
de dorados cabellos tintados?
Te llamaban Luna, Señora de Hombres,
desprendida y dulcemente cariñosa,
tu inteligencia superaba a la de Helena, perdición de reinos.
Los más nobles y francos varones
lloraban lagrimones por tu amor
sabedores de tu abnegada entrega,
generosa y graciosa como eras
tú les correspondías con poco,
enseñándoles la virtud de la paciencia.
Los viles lobos a los que diste de comer
se hartaron de esperar tus promesas de paraíso.
En aquel traicionero bosque
donde solías recoger margaritas y claveles
y cantabas aquella pícara canción
mientras tus bellas facciones al sol
deleitaban a la misma Venus de Chipre,
te comieron a crueles mordiscos.
¡Oh!, cuán lacerante es el dolor del vacío
que ha dejado tu pérdida en mi corazón
y en el de todos los hombres solitarios
que a la más amorosa de las damas
fueron en busca del calor y el amparo
que al más fuerte y rico prometías.
Mi tierna y letrada caperucita,
yo también te fallé al deshonrarte
con mi indiferencia y mi ausencia
en lugar de vengarte de las bestias mordaces
que te dejaron tirada en aquel coto de caza.
Descansa ahora, mi querida niña,
junto a tantas otras damas maltratadas
cuya historia nos entristece,
como la apasionada Medea
y la encantadora Morgana,
y junto a los más caballerosos hombres
que amaron con veneración a sus mujeres,
como el astuto Ulises y el divino Zeus.

Fénix Poeta