"Los sentimientos y observaciones del hombre solitario son al mismo tiempo más confusos y más intensos que los de las gentes sociables; sus pensamientos son más graves, más extraños y siempre tienen un matiz de tristeza. Imágenes y sensaciones que se esfumarían fácilmente, con una mirada, con una risa, un cambio de opiniones, se aferran fuertemente en el ánimo del solitario, se ahondan en el silencio y se convierten en aventuras, acontecimientos, sentimientos importantes. La soledad engendra lo original, lo atrevido y lo extraordinariamente bello; la poesía. Pero engendra también lo desagradable, lo inoportuno, absurdo e inadecuado"
La muerte en Venecia de Thomas Mann
"La comunicación tiene lugar en cada caso entre dos individuos que, vinculándose entre sí pero sin cesar de ser dos, cada uno va al otro desde la soledad y, sin embargo, solo conocen la soledad porque están en comunicación.
Sin soledad de algún tipo no hay ni puede haber madurez. A menos que uno llegue a vaciarse y a estar solo, no puede entregarse con amor porque no posee el yo profundo que es el único don digno de amor. Y este yo profundo, añadimos de inmediato, no puede ser poseído. Mi yo profundo no es “algo” que adquiera, o “consiga” tras una lucha. No es mío, y no puede llegar a ser mío. No es ninguna “cosa”, ningún objeto. Es “yo."
Uno mismo y los otros de Josep Maria Esquirol
Fénix Solitario
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