La amistad es nuestra religión; Nadie, nuestro Dios; y la ignorancia, nuestro templo. Bienvenidos.

lunes, 14 de febrero de 2011

Grandes inutensilios de la historia

Hoy: desayunos en bares:

Las tazas de café siempre me han resultado especialmente molestas por su "agarradero" o "asidero" hecho para dedos de niños de cinco años no muy desarrollados horizontalmente. Sí, porque si tienes los dedos como palillos de tambor aun puedes coger la taza, pero si no, corres el riesgo de hacerte un torniquete. El otro día me pasó que caí en esa trampa del diablo y tuve que valerme de mi otra mano y de la fuerza para poder extraer mi enrojecido índice del objeto de cerámica. Todo un trauma porque la alternativa a no agarrar así la taza es bebérselo medio frío o chamuscarse la mano. Ya se pueden ustedes imaginar. Ahora ya pido los cafés en vasos de plástico para llevar, pero no los tienen en todas partes.

El otro gran invento, cuya inutilidad se demuestra casi por consecuencia del primero, son las servilletas de papel acumuladas en esos cacharros metálicos que simpre se caen al suelo o que nunca están cuando los necesitas. Se te cae el café porque te chamuscas la mano o no consigues introducir bien el dedo en el orificio (a partir de ahora mutilador o creamuñones) y necesitas algo absorbente para secar la mesa o en el peor de los casos tu camiseta y pantalones. Lo único que encuentras cerca son un montón de papeles con textura de plástico y pequeños que necesitas en cantidades industriales (todo el cacharro) para que comience a verse algún efecto notable. Pero claro, para cuando ya tienes suficientes papeletas, el café ya no solo te ha calado hasta los huesos sino que hasta te ha llegado al sistema nervioso a través de la piel. Sí, hasta ella absorbe más rápido que ese invento absurdo. Pero hay que ser positivos: otra forma interesante de despertarse con el café. En fin, debí hacer más caso a mi madre cuando me decía que nunca olvidase los cleenex. Ellas saben mejor que nadie resolver las pequeñeces molestas de la vida.

En fin, habría que buscar a los inventores y creadores de la patente de estos inutensilios y llevarlos a juicio por daños morales y físicos a la sociedad. Lo que no recuerdo es si solo padecemos esta plaga los españoles o ya es otro fenómeno global e imposible de detener como el capitalismo.

Fénix monologuista 

2 comentarios:

  1. [Lo que no recuerdo es si solo padecemos esta plaga los españoles o ya es otro fenómeno global e imposible de detener como el capitalismo.]

    Sí. Al menos las cafeterías francesas e italianas sufren esta lacra en el mundo de la restauración.
    PD: Espero guste mi dibujo.

    ResponderEliminar
  2. jajajaja que grande eres tío. Era lo que me esperaba. Mi descripción te ha inspirada bien joven padawah

    ResponderEliminar