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domingo, 31 de enero de 2010

Noche de techo

He pasado una noche de techo. Es decir, mientras estaba intentando dormir, o ya no sé que estaba intentando hacer porque he centrifugado más en la cama que mi lavadora, he conseguido tranquilizarme un poco y mirar al techo oscuro que por cierto tiene muy mala conversación. Pues es en esta tan improductiva como angustiosa noche he empezado a desarrollar ciertas teorías tan cansinas como medio olvidadas ya tras varias horas de insomnio.

El caso es que me daba cuenta de que no conozco a nadie que esté contento con la vida que lleva y hasta le gustaría ser otra persona. Retomando una de mis primeras actualizaciones en las que hablaba de que todos medimos nuestro éxito por el fracaso de los demás, y es una frase que conviene recordarse cada tanto, me daba cuenta de que quien no tiene falta de salud, está en el paro, tiene un hermano drogadicto, una madre muerta, es pobre, es feo, le falta el amor (o simplemente sexo), amigos, o inluso un poco de todo esto, y pues todos encontramos motivos para quejarnos y lamentarnos, aunque parece que hoy eso de contarle tus penas a alguien sea de débiles y pusilánimes y no basta con ser fuerte sino que hay que parecerlo. A lo mejor en la práctica por parecerlo te lo acabas creyendo, como el que interpreta un papel en una obra de teatro y la acaba viviendo o se obsesiona con su trabajo. El lenguaje es muy revelador. Decimos cada vez más soy panadero o médico o lo que sea, no trabajo de panadero o de médico o de lo que sea. De la misma manera para ser valiente o fuerte o tomar cualquier otra actitud quizás también debamos decir que lo somos aunque sea mentira. Aquí es donde quería llegar.
Esa mentira no es tal cosa. O mejor dicho un autoengaño prolongado puede convertirse a la larga en una realidad. Se le llama efecto pigmalión o profecía que se autocumple cuando a base de creer en una ficción se acaba realizando.

Otra teoría que me pasaba por la cabeza es que el otro día leía en cierto libro destruido por mi perro que el ser humano necesita clasificar y estereotipar todo lo que ve para aprehenderlo, dominarlo, hacérselo comprensible dándole su propio sentido, significado, particular. Esto nos lleva, como demostraré, a un mundo cada día más superficial. Bien, algunes argüirán todos lo hacemos, el viejo argumento nefasto de la culpa compartida que por ser general nos exculpa a todos. ¿Cual es la diferencia entonces en que yo lo exponga aquí, y que lo sepa pues, a otro que no lo sepa si todos clasificamos igual? Pues que al menos yo puedo intentar evitarlo en la medida de lo humanamente posible y limitar las reacciones de dividir la sociedad por clases, tipos y demás. Los italianos son apasionados, los gitanos llevan el baile en la sangre, etc. chorradas de esas, cuando si nos miramos al espejo y nos comparamos ya no con nuestro compatriota vecino caucásico de clase media como nosotros, sino con nuestro mismo hermano o padre, vemos diferencias abismales de físico y carácter. ¿Por qué aplicar a los demás una posición, status o lugar en la sociedad cargada de valores solo por su etnia, lugar de procedencia, comida o cultura que consume (ropa que lleva, música que escucha, etc.)? "Pareces un..." ya es síntoma de pobreza mental. Esa es una actitud de racismo cultural (eres lo que consumes y forma parte de ti de por vida) y yo creo que a pesar de que muchos lo sabemos o sospechamos al menos seguimos aplicando esas simplificaciones tan marginatorias, segregadoras, prejuiciosas y en definitiva injustas que sin duda crean unas mentalidades empobrecidas. Porque sabemos perfectamente que ponernos unas botas de cuero y raparnos la cabeza no nos convierte en skins: solo es un puto disfraz, una apariencia. Sabemos perfectamente que nosotros mismos no somos simples y cambiamos constantemente de humor y de ser y, pues, ¿qué sentido tiene meter a alguien en una casilla? Aquí radican muchos odios y violencias sociales y ver algunos programas de televisión como Aida o el telediario de Antena 3 no hacen más que profundizar en ese orden social estúpidamente organizado, de buenos y malos, de guapos y feos, de derechas e izquierdas, que no hacen más que legitimar una ficción hasta el punto de hacerla realidad (y aquí uno mis dos teorías). En efecto, hemos llegado al punto de que consideramos que algo es real si se parece a la ficción.

¿Yo? Invito a que, sabiendo esto, juguemos todos a probarnos cada día un disfraz diferente y comprobemos como reacciona de forma simple la gente a nuestro alrededor. Si aciertan con el disfraz es que nuestro mundo es tan superficial como creemos y entonces solo quedará aprendernos el código de moda para no quedarse desfasado, rezagado, y cumplir con la demanda social si se quiere triunfar socialmente.

Y hasta ahí llegó, que yo recuerde, mi noche de techo.

Estudiante a peregrino.

3 comentarios:

  1. Buena e ingeniosa a partes iguales actualización de noche de techo, maese isaac. Esto siempre da para echar una buena o varias tardes, pero dada la vorágine estudiantil universitaria, me conformaré de momento con comentar por encima entre músculos extrínsecos de la laringe que propician su movimiento en bloque y capacidades pulmonares totales.
    Es cierto que nadie que conozcamos lleva la vida que quiere, pero hay que ser realistas y prever hasta dónde podemos llegar para no deprimirnos con lo que tenemos; por otra parte, abrir camino hacia donde queremos llegar es absolutamente fundamental, muy importante, y pocas veces valorado.
    La teoría del poder del lenguaje ha sido ampliamente sobada desde hace siglos por lingüistas, filósofos y demás estudiosos, y es muy difícil no estar de acuerdo. Sin entrar ya en los célebres publicistas nazis, como decía aquel "50 no-es y un sí significa sí".
    En tu segunda teoría sin embargo estoy más en desacuerdo; sería de ingenuos no tomar ciertas precauciones con las personas, o no precauciones, sino los guiones mentales que tenemos pre-determinados para todas las situaciones con las que nos hemos encontrado. Por una parte, resulta imposible no hacerlo, pues está demostrado que es el modo de razonamiento humano, funcionamos así, y por otra también sería de estúpidos si, por ejemplo, esperásemos que un reportero no sea sensacionalista o un político no use de su poder en beneficio propio. Por tanto, los prejuicios son 1-inevitables 2-necesarios.
    También he encontrado un pequeño resquicio en tu explicación: dices que uno mediante el lenguaje o signos exteriores se define y es clasificado, no? (ejemplo panadero, doctor etc), pues no puedes pretender vestir como un skin-head y que no te tomen por ello, que tu disfraz sea inocuo. Aunque puede que no sea tu intención original, ya estás dando pie a que los demás te tomen como tal.
    Concluiría diciendo que etiquetar a la gente no creo que sea sintoma de pobreza mental en absoluto, sino más bien lo sería el creérselo, por mucho que uno meta en grupos, en sacos, si es consciente de que esa persona no tiene que ser necesariamente como el estereotipo al que lo has adjuntado y tiene margen de cambiar en todos los aspectos, significa que tu mente está abierta a otras, o todas las posibilidades, que a tono personal sí que considero síntoma de persona (susceptible de ser) lista, o inteligente, digamos; o almenos concederle un margen de confianza y no considerarla "pobre de mente" de entrada. Si te das cuenta, en lo que caes tú mismo no es otra cosa que un nuevo prejuicio: considerar pobre de mente a quien etiquete. y que estás haciendo tú, entonces..?
    Buena actualización, sigue así.
    J.Y.

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  2. "Buena actualización, sigue así." jeje suena muy a valoración de profesor.
    No es pobre de mente quien etiquete, fíjate que digo que es de humanos hacerlo y yo todavía no me creo más que humano. Es de pobre de mente quien no ve los fallos de sus propias etiquetas y no reconoce la imprecisión y limitación de poner etiquetas. Tan solo se trata de tener presente que el hábito no hace al monje.
    La pobreza mental es la de aquellos que no tienen la suficiente humildad intelectual para admitir esto, no los que clasifican y estructuran, que somos todos.

    Pero muchas gracias por el extenso comentario, lo continuamos hablando cuando tengamos un poco de tiempo los dos. Cuida't!

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  3. Joder! Excelente post! me ha encantado....

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