La amistad es nuestra religión; Nadie, nuestro Dios; y la ignorancia, nuestro templo. Bienvenidos.

martes, 30 de marzo de 2010

Conversaciones Telepizza (2)

-Una aventura de Darío Cencerrona, el contable valiente en “repartiendo sabiduría”:

-Tienes que llevar esta pizza a la otra punta de la ciudad, Darío; y rapidito o te pondré a hacer horas extra limpiando el vestuario de tíos.
-Dieciséis millones cuatro-cientos ochenta y siete mil novecientos cincuenta y dos.
(Darío lleva la pizza y llega al portal. Interfono)
-Sí?
-Telepizza!
-Lo siento, no hemos pedido ninguna pizza.
-Ah, no? Vaya, lo siento. Debo haberme equivocado con la puerta…
-Seguro que es el 2º2º, amigo; siempre están pidiendo pizzas.
-Ahora picaré, gracias!
Píiiiiip!!
-Diga?
-Telepizza!
-Qué telepollas ni qué…?! Me voy a cagar en la puta madre de los pizzeros, los repartidores, los cuponeros, los de correos y en toda vuestra madre que os parió!! Me tenéis hasta el coño: venga a picar y a picar. Son las putas doce de la noche! Como volváis a picar una sola vez más os juro que bajaré y os cortaré los huevos a cada uno que me vuelva a despertar y luego…
Píiiip!!
-Jajajajaja Oiga, amigo, lo siento pero es que no he podido resistirme… nuestra vecina está loca, lo has visto verdad? Loca!
(Sube)
-Dieciséis millones cuatro-cientos ochenta y siete mil novecientos cincuenta y tres.
-Vaya! Pero mira qué gracioso nuestro repartidor! Es como el del anuncio. Qué cuentas majete, calorías? Jajaja
-No, gilipollas.

-Una aventura de Rolando Villamarín, el repartidor ciclista en “problemas técnicos”:

-Buenas noches, señora. Siento haber tardado tanto pero es que he tenido un problema con la moto.
-Pero si has venido en bici.
-Ése es el puto problema.

-Repartidor nº8:

-Hola, buenas. Aquí traigo… (se la queda mirando) las pizzas.
Cruce de miradas entre sí. Al repartidor nº8 se le nota que le gusta ella, ella lo sabe, pero es de las que disfrutan de la incomodidad del otro y no dan ningún pie. Si van a quedar algún día, más vale que salga del huevo antes.
-Gra-cias. (le dice coqueteando, con una caída de ojos. El repartidor nº8 se incomoda más aún). No me dices cuánto es?
-Eh? S-sí, si! Son 18’15, por favor.
-Muy bien, voy a por mi monedero. En seguida vuelvo.
-Vale… vale.
El repartidor nº8 se queda pensando qué podría hacer o decir para intentar ligar con ella pero de manera que no sea demasiado descarado, así que empieza a ponerse nervioso y a dar vueltas delante de su puerta, justo al lado de la escalera. Sin darse cuenta tira el felpudo por la escalera. Más nervios.
-Aquí tienes, guapetón. Ya te puedes quedar la vuelta. (el repartidor nº8 aún no había pensado en nada)
-Te gustaría, esto bueno, ya sabes, nose, vaya, pensaba, que, y a lo mejor…
La chica se le acerca y lo coge de la chaqueta.
-Mala posición corporal, mira a la chica a los ojos, sé decidido y actúa como si que ella te dé un “no” sea poco menos que ficción. Y sobre todo no le tires la moqueta por la escalera. Tienes suerte de que tenga novio. Ánimo y suerte!
La chica cierra.
-…gracias.

-Una aventura de Ambrosio Anderson, el estudiante de medicina en “la salud en casa”:

-Muy buenas! Aquí le traigo sus nuggets de pollo, su combo de entrantes, su pizza margarita, su inhalador ventolín, su fluimocil para el resfriado de su prima y su ibuprofeno para la resaca de mañana.
-Ah! Muchas gracias!
-Desea una videofluoroscopia con luz azul estroboscópica mientras deglute?
-No, gracias. Otro día!
-Muy bien! Pues buen provecho.
-Gracias, hasta otra!

-Una aventura de Andrés Stravinsky, el búfalo incomprendido en “hasta los huevos”:

-Hola, muy buenas noches caballero! Uhh… qué bonita entrada tiene usted! Oh, vaya, discúlpeme, que me desvío del tema! Je-je. Aquí traigo… sus maravillosas pizzas! Recién hechas y aún calentitas… mmm, no nota cómo huelen?!
-P-pe… Pero si eres un búfalo!!
-Oh, sí?!? Tú crees? "Pero si eres un búfalo, pero si eres un búfalo" (imitándolo) Vaya, Einstein, pero qué gran observador! Pues ahora le voy a llevar las pizzas a tu puta madre!! (se va con las pizzas dando un portazo) Cabrón!

El Rapsoda de la ignorancia

Conversaciones Telepizza (1)

-Una aventura de Timo Robespiérez, el repartidor sagaz en “pequeña lección filosófica”:

- Hola, buenas noches! Me llamo Timo y le traigo su pizza.
- Muy bien, muchas gracias! Cuánto es?
- Serán 22’15, por favor.
- Te pago con un billete de 50 porque no tengo cambio, vale?
- Ningún problema. Gracias y que aproveche!
- Eh! Que te olvidas de darme el cambio!
- Resulta obvio que no fue a clase el día en que se explicó la teoría de Platón que relaciona los nombres directamente con su significado, señora.


-Una aventura de Rodolfo Matalascañas, el repartidor implacable en “mi propina, gracias”:

-Buenas noches, deme 20 euros.
-Pero las pizzas no costaban…?
-Que me dé 20 euros.
-De acuerdo, de acuerdo. Aquí tienes, 20 euros.
-Aquí tiene sus pizzas, caballero.
-Gracias, chico.
-Serán 27’65.
-P-pero…
-27’65, joder!!


-Repartidor nº20:

-Buenas. Aquí traigo sus pizzas: dos de queso y una barbacoa, de acuerdo? Serán 31’70, por favor.
-Ahí tienes. Y quédate el cambio.
-Muchas gracias. Sabe que hoy ha muerto un tren?
-Oh, sí, vaya… qué gran desgracia, lo he visto por las noticias. Cómo estás?
-Fatal, fatal… se puede usted imaginar…
-Vaya, cómo lo lamento… pero ya lo van a llevar al cementerio de trenes?
-Peor! Al desguace…!
-Uhh… qué desgracia, pobre chico… Ya sé que suena a cliché horrible, pero debes saber que es parte de la vida, y todos tarde o temprano tenemos que pasar por ello, eh?
-Lo sé, lo sé. Pero no deja de ser duro.
-Ánimos.
-Sí… bueno, hasta luego.
-Hasta luego, buenas noches.


-Una aventura de Gonzalo Baskerville, el repartidor nihilista en “pedido absurdo”:

-Buenas noches, señora. Aquí traigo su pedido.
-Pero… si no he pedido nada.
-Por eso. (le muestra la bolsa vacía)
-…
-…
-No piensa darme propina?


-Una aventura de Carlitos Soplagáitez, el telefonista guasón en “homenajeando un grande”:

-Buenas! Que tienen pizzas?
-Y muy buenas!
-Buenas! Que tienen pizzas?
-Y muy buenas!
-Buenas! Que tienen…?


El Rapsoda de la ignorancia

lunes, 29 de marzo de 2010

Enigma propuesto por el colega Oscar (nivel maister)


Creo que a mi colega deberíamos dedicarle un merecidísimo aplauso.

Cowboy Fénix

El Nuevo Rey de los Animes: la legítima sucesora de DB


Videos tu.tv





http://www.tu.tv/videos/one-piece-capitulo-20-espanol

http://www.tu.tv/videos/one-piece-405-sub-en-espanol
El primero es para que os enteréis de que va la historia sobre el conflicto en el grupo. El segundo es una versión resumida (lo mejor que he encontrado) de la batalla que tiene lugar en consecuencia y el tercero es la escena que me enganchó a la serie y que no tiene nada de trascendente (del minuto trece al dieciséis sobre todo es un puro descojone) y el último es el segundo mejor episodio de la serie. No se por qué los episodios de tu.tv no me deja ponerlos... así que os paso el link ¡pero los veis igual! De vez en cuando los veo para recordarme cosas. Si después de verlos no os convencéis de ver la serie entera YA, podéis abandonar de una vez la existencia de este mundo.

Cowboy Fénix

domingo, 28 de marzo de 2010

Calella y sus dificultades

Sé que hace mucho tiempo que no meto nada de mis partes en este blog, ¡pero eso se acabó! ¡Porque no voy a meter nada más en la vida!
Eh, que es broma. Soy co-fundador de este espacio virtual, ¿cómo traicionarlo? Es por eso que hoy os voy a deleitar con algo que ya debería haber hecho hace mucho tiempo: ¡meter un par de dibujos de nuestra aventura épica en la localidad petrolífera de Calella y nuestra mítica batalla con la puertecita de la gasofa del coche!
Detalle de un momento de las 3 horas en las que estuvimos discutiendo el modo de apertura de dicho compartimento. *El texto original ha sido sustituido, puesto que el anterior era poco o nada gracioso ya que tenía a la jefa rondando detrás mío cual mosca sedienta de hez.

A parte, os dejo aquí unos bocetillos en los que se ve a un chulo I.O., a un pasota J.Y. y a un bonachón B.M.W.

¡Estoy harto de firmar las entradas!

viernes, 26 de marzo de 2010

Sobre el no leer bien y el sobresuponer... (en respuesta a la anterior actualización)

No creo que hayas entendido bien mi actualización porque si te das cuenta, para empezar, no he dicho que estén mal las relaciones de fast-sex de las que tu eres tan amante, solo he analizado sus puntos negativos, como también los tiene las relaciones con cargas emocionales y compromisos fuertes. A tu manera tu también eres fiel a unos ideales (los de no tenerlos o no tenerlos muy definidos e ir adaptándote constantemente como un camaleón y mantener siempre relaciones fast-sex). Es otra filosofía de vida, muy pragmática, maquinal y fría, que desmitifica el sexo para transformalo en una actividad placentera más y por ello me parece interesante y buena pero insatisfactoria con el tiempo como también lo son las relaciones de pareja (de todo se cansa uno y tanto una postura como otra se vuelven cansinas cuando se vuelven rutinarias).Creo que lo idóneo a lo que todos deberíamos acabar tendiendo es a pasar de etapas de fastsex a etapas de compromiso emocional con alguien como péndulos. En cualquier caso, te confieso que me parece más estable y confortable (y yo creo que lo prefiero), aunque eso también significa más tedioso y desde luego menos hedonista, acabar encasillándose en el compromiso (ni que sea muy a a larga).

Eso sí, lo que me parece una gran cagada que no me creo realmente que te lo creas, porque sería muy triste y te considero más inteligente, es que "las impresiones y el instinto rara vez fallan" (fijate que te cito para evitar confusiones como las que tú has cometido conmigo). De hecho, innumerables veces te he oído criticar ese tipo de posturas tan superficiales y simplistas y te he elogiado por ello. Con todo, es cierto que el rollo de corderos y lobos es muy absurdo porque son demasiado simples, pero son metáforas que saco de la realidad para analizarlas porque la gente (hombres y mujeres) las utilizan con frecuencia. Como siempre, llegamos a la conclusión de que hay mucha diversidad de mujeres y hombres que buscan cosas muy distintas y el significado de lobo y de cordero puede ser muy variable según la experiencia personal de cada persona. Te agradezco que me lo recuerdes aunque luego digas algo tan estúpido como "las impresiones y el instinto rara vez fallan" (perdona pero es muy estúpido e ingenuo porque suena a condena eterna y aunque todos actuemos como jueces no está mal recordarse que nadie lo es precisamente para replantearse a la gente bajo diferentes ópticas).

Conocer mejor a alguien y empezar a tenerle cariño probablemente, es cierto, te nubla la capacidad de juicio y la objetividad, pero, un consejo que me gustaría que reflexionases con calma: aunque la confianza en las personas sea una ilusión, un engaño quizás, necesitamos esa mentira, que yo prefiero llamar ficción, para ponernos de acuerdo y convivir. Por otra parte, cuando la gente confía en ti te revela cosas de sí misma que de otra forma no haría, y al obtener esa información comienzas a ver cosas inesperadas en esa persona, la complejidad de esa persona y que no era tan solo lo que parecía cuando eras objetivo. Por tanto, en el fondo solo puedes ser objetivo si eres superficial y para saber más tienes que ser subjetivo e implicarte emocionalmente aunque eso distorsione tu visión sin ser consciente. Tampoco te quiero engañar, las relaciones pasajeras en general me parecen falsas y penosas, aunque sean muy satisfactorias en su corto periodo de vida, pero la carencia de emociones entre personas me parece más propio de máquinas que de humanos, aunque el sexo puede ser algo simplemente maquinal y en ese sentido es cierto que quizás deberían (no diré romperse) pero si relajarse ciertos esquemas románticos que nos limitan mucho. Reconozco que estaría dispuesto a pasar un periodo de mi vida con ese sistema de relaciones que defiendes si me acostumbrase, ahora bien, nunca lo defendería como modo de vida porque es necesariamente precario.

Así pues, no me he mostrado claro partidario del compromiso en las relaciones en mi anterior actualización aunque ahora tienda más hacia esa postura, tan solo que no les he buscado los defectos porque ese discurso todo el mundo sabe como deconstruirlo (y tu nos lo has recordado a la perfección) mientras que el del fastsex es el que está de moda y mucha gente lo da por bueno sin cuestionárselo o no cuestionarlo demasiado y a  mi me gusta plantear y discutir cosas que la gente no se plantea y discute. Y ahora voy adonde quería llegar: los principios caballerescos o se cuales tu crees que son, pero básicamente se ciñen al establecerse unos principios mínimamente rígidos (cada uno los suyos propios y un poco rígidos porque sino no son principios) y luego intentar ser consecuente con ellos cada día (lo cual es chungo de cojones). En mi caso, aunque sea contradictorio, mi principal principio es conocer y cuestionar todos los discursos de mil maneras (de aquí mis constantes ralladas pero es que en parte me hacen disfrutar y en parte me son muy perjudiciales) e intentar ir siempre de frente, honesto y tener palabra. Esa es muy resumidamente mi filosofía de vida básica. En el fondo todos tenemos una mente más o menos paranoide.

Finalmente reconozco que me cuesta bastante adaptarme porque lo considero una rendición, pero a veces uno tiene que sufrir un poco y tragarse el orgullo y torcer el brazo y callar, porque por más que me cuestione si luego solo me quedo en la teoría como he venido haciendo mucho tiempo no me ayuda.

El más grande error creo que consiste en pensar que sabemos como es la sociedad y el mundo y lo sentimos como una agresión, cuando quizás solo sea necesario un cambio de entorno (del entorno que nos rodea) en lugar de cambiar nosotros e ir adoptándolo los colores del ambiente en el que nos encontramos. Yo he recordado que si un entorno no me gusta eso no puedo extrapolarlo a que el mundo es así y me ha vencido, solo tengo que seguir buscando a gente con la que poder negociar y donde mi voz sea reconocida para no sentirme solo y prescindible. Y para que una relación con cualquier persona funcione tu tienes que poder ejercer tu voluntad con libertad y la otra persona también y si no estás seguro de ti mismo eso no lo puedes hacer y siempre irás teniendo relaciones pasajeras, lo que no deja de ser una huida. Si defiendo el compromiso es porque defiendo la lucha, la defensa de tus propios valores para abrirte un hueco, un reconocimiento en la sociedad y seas aceptado abriendo pequeñas fisuras y brechas con tu determinación (y eso es posible) en lugar de venderte siempre al mejor postor para ir medrando y conseguir tus objetivos.

Colega, tú, como tantos otros, eres más práctico que yo porque no te impones y no luchas (no mucho al menos), solo aceptas y yo me siento vivo y joven rebelándome, imponiéndome y luchando y así es como me realizo constantemente sin parar dando puñetazos sobre la mesa. Mis victorias y mis derrotas también son más grandes. Por eso lo que yo tengo, frente a ti y mucha gente que conozco, o es sólido o no lo quiero. Sí, soy un extremista, bastante neurótico y obsesivo y así me va, pero esos atributos negativos también van acompañados de determinación, terquedad, obstinación y firmeza. Si consigo progresivamente eliminar la cara negativa de estos valores habré conseguido mis ideal como persona.

¿El mejor consejo que me das? Que no me torture por las decisiones que tomo si son naturales y espontáneas.
Gracias por tu respuesta y ya si quieres lo hablamos más largamente en persona.


El Sólido extremista

jueves, 25 de marzo de 2010

Simple reflexión tardía

La gratitud y el aprecio son infinitamente menos duraderas y mucho más difícil de conseguir que el odio y el desprecio de alguien. Solo las estrechas relaciones de muchos años resisten bien a muchos impactos, inclemencias y bromas. O como decía una frase lamentablemente nada conocida de Homer Simpson que escuchó un fanático observador de este gran filósofo como yo:

"Para ser querido tienes que hacer buenas acciones todos los días. Pero para ser odiado no hay que hacer absolutamente nada"

Y acabo con una propia:

"Las amistades son como los clásicos: los verdaderos son los que se resisten al paso del tiempo, los inolvidables".

¿Mi prueba del algodón? Si tras haberte relacionado con los miembros de un grupo, en especial el líder (siempre lo hay y es fácilmente identificable porque es el que suele tener la iniciativa y todos le acaban haciendo caso), te sigues sintiendo prescindible, se cordialmente evasivo con esa gente. Efectivamente, sentirse prescindible en esta vida es probablemente una de las peores emociones que se pueden experimentar.

Estudiante a Fénix

martes, 23 de marzo de 2010

Post a "Antiheroísmo"

Esto nacía como comentario a tu anterior entrada, pero dado su tamaño y lo que me he explayado, creo que ha digievolucionado a entrada. Eso sí, tampoco la voy a revisar ni retocar.
De acuerdo en bastantes cosas que dices, pero hay un par de puntos que a ver si soy capaz de apuntillar un poco: primero, que hay muchas formas de seducir, y aunque es verdad que normalmente nos atrae el riesgo, también es verdad que hay gente que lo detesta. Al fin y al cabo "riesgo" es algo que sale de nuestra rutina por hache o por be, y como tal es algo que nos atrae, pues aunque nos sintamos cómodos y confiados en las rutinas que nosotros mismos nos establecemos, siempre nos llama lo de variar un poco de vez en cuando; por eso solemos sentirnos más atraidos por personas que, para nosotros, se salen un poco de la media, o captamos en ellas algo especial que no vemos en el resto de gente que nos rodea, ya sea amigos o chicas. Por eso no creo que para seducir haga falta para nada ser "peligroso", con que sea un poco diferente o llamativo, vale.
En cuanto a lo de las relaciones de "fast-sex" (como las podriamos llamar, del fast-food) o relaciones de follar-y-tirar pues viene absolutamente a cuento de lo que decía: nos interesan porque nos dan un placer sin necesidad de prolegómenos ni compromisos posteriores, cosa que solo puedes hacer con personas que no son de tu entorno y por tanto te evitan esas dos circunstancias. Personalmente, no solo pienso que no tienen nada de malo, sino que creo que son básicamente necesarias; uno empieza a mirar las relaciones humanas desde una perspectiva diferente gracias a ellas, sin contar con la propia experiencia que te da en estos campos, desde luego (ligue, sexo, no-compromiso, libertad). Como decía el doctor Costa en la ficción, conoces más a una persona en los 5 primeros minutos que en 20 años de relación, y es que las impresiones y el instinto rara vez fallan. además, cuando uno empieza a conocer menos superficialmente a otra persona, implica una carga emocional (negativa o positiva, lo mismo da), que nos nubla la capacidad de juicio y objetividad que poseemos en esos primeros 5 minutos. Ya sé que, para tus principios caballerescos, es poco menos que una aberración toda esta apología de la superficialidad, pero, de verdad, no hacen falta diez citas para llevarse una chica a la cama ni un ramo de rosas después de ello; no las necesitan: ni ellas, ni tú. Para mi opinión, todo ese contexto pseudo-inútil solo favorece (paradójicamente) la superficialidad de las relaciones humanas y las bases de interacción pro-social, pues si lo que los dos buscáis es solo sexo, tened sexo, y dejaos de tonterías. el resto es innecesario, molesto, incómodo y absurdo. Si buscas algo más que sexo, no te discuto nada. pero tampoco puedes buscar "algo más que sexo" siempre. no estamos "programados" para ello.
Respecto al último párrafo, no creo que lo de sentirse atraída por un chico con esos atributos sea en absoluto machista. Lo que pasa es que ahora mismo somos bastante cortos de miras por 1- la sociedad en la que nos ha tocado vivir (y por consiguiente la educación) y 2- nuestra juventud que nos impide ver más allá. Yo creo que deberías intentar extrapolar un poco, y como digo, abrirte de mente. Realmente crees que por que un grupo de amigas estrechas digan semejante tontería ("me gusta que me den caña") significa que a TODAS las mujeres les gusta eso en TODAS partes y a TODAS las edades? evidentemente que no, y estoy seguro de que ya habías llegado a esa idea. Lo que pasa, y no deja de estar relacionado con todo lo que he dicho hasta el momento, es que estamos en cierta edad en la que (normalmente) no buscamos el hombre o la mujer de nuestra vida, sino muchas experiencias y variadas que nos hagan sentir llenos. Si lo quieres expresar así, pues sí: para esas experiencias a quién van a escoger? al "cordero" del amigo de toda la vida que ni consideran como un ser con sexo o al lobo que en una noche de cacería va descaradamente a por ellas? Parece claro. Pero también observa: con quiénes acaban saliendo normalmente? con "lobos" o con "corderos"? Eso por no hablar a partir de los 25 en que su reloj biológico empieza a hacer tic-tac más fuerte y se dan cuenta que el camino hacia la treintena está más que empezado, que también por esos prejuicios sociales temen quedarse "para vestir santos" e introducir a su familia por una vez un novio "formal" y "presentable". Llegados a este punto, amigo mío, no hay lobos. Y si los hay, ellas mismas se encargarán de escarmentarse, pues nadie puede pasar mucho tiempo con un lobo al lado sin ser devorado o atacado. Evidentemente hay que contar con la infinita variabilidad en carácteres y edades de las mujeres de las que estoy hablando (que es en global, así que imagínate), pero no podemos evitar estar cortados por unos patrones similares.
De hecho, la metáfora puede ir más allá y ser extrapolada a la vida real: tu qué mascota elegirías: un lobo o un cordero? El lobo mola un montón, es grácil, bello, salvaje, caza, te sientes seguro con él y puedes fardar con tus amigos. En cambio si les enseñas un cordero lo más probable es que se rían de ti. Pero, pasado un tiempo, no puedes evitar los instintos primarios de ese lobo, que en cualquier momento o ida de olla puede atacarte o incluso devorarte. Algo que nunca haría un cordero, y es más, de hecho lo puedes hacer tú con él: la carne de cordero es tierna y con muy buen gusto o si lo dejas crecer se convertirá en una oveja que dará leche, tu has visto a alguien comerse un lobo? Al fin y al cabo, algo que nos ha gustado mucho hacer históricamente es clasificar; nos pasamos la vida clasificándolo todo: especies, personas, sentimientos, actos, edades, grupos sociales, etapas, etc y dejamos muy poco espacio a la improvisación y, lo que es peor, obviamos que hay posibilidades fuera de esa clasificación que hemos establecido y dado como verdadera, de ahí vienen luego las sopresas. Lo que vengo a decir es que, como ya dijimos, toda esta clasificación de lobos y ovejas es rematadamente absurda, pues cualquier lobo puede ser un cobarde e indefenso corderito y la oveja más mansa tener una mandíbula de león; las personas somos impredecibles y eso es maravilloso. pero nos encanta la teoría y le damos demasiada importancia.
Así que mi pequeño consejo, el que te he dado siempre, gracias al razonamiento puede que llegues a conclusiones interesantes (como las de la entrada) que no por ello pueden dejar de ser incorrectas o, sobretodo, inútiles. y haz gala de la mayor virtud del ser humano que es la tremenda adaptabilidad al entorno. Puedes escoger adaptarte y, pese a renunciar a alguno de tus principios, abrirte nuevas puertas que nunca vas a saber a dónde te van a llevar. o no adaptarte, seguir en tus trece pero amargarte por dentro maldiciendo el mundo y la sociedad por ser como son (la cosa más estúpida que podrías hacer) y quedarte con la abrumadora incertidumbre de saber qué pasaría si un día cruzases la puerta, pero eso sí, muy caballeresco y fiel a tus ideales. Está en tu mano, así que, suerte con ello. De cualquier modo que elijas, procura que la decisión sea algo natural, que luego no te tortures por haberla tomado (otro rasgo muy característico y común en el ser humano: el sentimiento de culpa).
El Rapsoda de la ignorancia

martes, 16 de marzo de 2010

Gracias Pep Guardiola: El Caballero Blaugrana


Acaban de nombrar a Pep Guardiola Catalán del año. Siempre he dicho que no hay que tener ídolos, ni héroes, ni iconos porque no se debe mitificar a las personas, en todo caso son honrables sus actos y sus palabras, pero las personas son imperfectas todas y los monumentos a personas los he considerado siempre un error. Cuando tenía doce años leí en mi libro de texto de lengua catalana una entrevista que le hicieron y me impresionó ya entonces su madurez exempta de fanfarronería pero muy segura de sí misma. Me fascinó, sobre todo, su capacidad para ser tan honesto y directo sin ser maleducado, arrogante, vanidoso o decadentemente destructor. Poco tiempo después me preguntaron quien era mi ídolo y yo dije entonces inseguro: Pep Guardiola. Pero entonces no era tan famoso. No es que quiera decir que yo descubrí hace tiempo su genialidad porque muchos también lo hicieron, y aunque fue un jugador muy notable no fue su habilidad lo que me impresionó porque lo cierto es que apenas soy forofo del fútbol. ¿Qué vi entonces en él y se ha desarrollado hasta lo que es hoy?

Este hombre me ha devuelto la confianza en unos valores que consideraba en decadencia. Y he llegado a una conclusión que me ha complacido mucho, lo cual me tienta a creérmela: "Las palabras se vuelven verdad si te las crees". Este hombre es un ejemplo de la actitud contra la crisis que se debe tener: esfuerzo y dedicación, sacrificio, disciplina y constancia sin igual para cumplir una promesa, un sueño, un proyecto (el término depende de la idealidad o dificultad del plan y ya sabemos lo que ha conseguido). Los valores de un caballero y estratega de leyenda están representados míticamente en él: humildad intelectual, elegancia verbal y estética, determinación inquebrantable, firmeza, valor, empatía, templanza, autocrítica, mentalidad abierta pero al mismo tiempo metódica y organizada, gran capacidad de respuesta, flexibilidad y sobre todo PALABRA y COMPROMISO. Persistir sin retractarse o desdecirse en un sistema, en un plan, en un proyecto que sigue toda una filosofía clásica, recta y práctica y al mismo tiempo romántica (apasionada hasta casi la obsesión) a través del perfeccionamiento constante y devoto.

El F. C. Barcelona se ha vuelto la aplicación práctica de la religión autoconstruida y personal de Pep Guardiola, un Superhombre que mezcla valores caballerescos y destila romanticismo por todos sus poros sin salirse de unos esquemas muy bien medidos, establecidos y explícitamente declarados: el trabajo en equipo, el esfuerzo colectivo, el fruto dorado de un pequeño grupo que han brillado como estrellas más por su dedicación colaborando con sus estimados compañeros que por su isolable individualidad. Yo veo en esta actitud de Pep Guardiola (y digo en esta porque es la que conozco, la que he visto) la solución al posmodernismo, al relativismo y desasosiego constante actual.

Gracias y felicidades Pep. Todos tenemos mucho que aprender no de ti, sino de lo que has hecho, de tu actitud y de tus valores en este glorioso 2009.

Estudiante a Fénix

Antiheroísmo

Esta es la era de los antihéroes y del decadentismo. Puesto que somos incapaces de creer en la constancia y fiabilidad del género humano nos molesta la gente perfecta, los moralmente correctos, los mágicos triunfadores. Nos sabemos imperfectos, culpables, limitados, inacapaces y necesitamos reconocernos en otros como nosotros para sentirnos normales e integrados en la sociedad. Tendemos a creer que lo malo es probablemente más verdadero que lo bueno (nos gusta creerlo). Tras lo bueno o aparentemente bueno (si todo es relativo todo es aparente) porque siempre sospechamos intereses ocultos y falsedad que tarde o temprano será descubierta. La ficción (cine, teatro, literatura, etc.) nos hace creer que el mundo es así y al mismo tiempo siempre queremos encontrarnos con las expectativas que tenemos para no salir defraudados y pues la ficción nos la da. Como dice Jean Braudillard consideramos que la realidad es realidad solo si se parece a la ficción. Y es que, en definitiva, NO HAY ARTE SIN IDENTIFICACIÓN.



Nos atrae el riesgo porque es misterioso y peligroso, porque nos reta a superarlo y conquistarlo y precisamente cuanto más difícil parece algo de conseguir más crece nuestra sensación de obtener una gran recompensa por el esfuerzo. La amenaza, sino derrota y ahuyenta, alimenta el deseo, deseo de encontrar la trampa que existe por el miedo/emoción de saber la respuesta. Esa la esencia de lo seductor. En otras palabras para seducir hay que ser un poco amenazante, inaprensible, inconquistable e incluso algo peligroso.

Un amigo mío me dijo una vez sintetizando una idea que nos daba vueltas desde hace tiempo: "Las mujeres prefieren a los corderos como amigos y a los lobos como parejas". Supongo que con las metáforas correspondientes también se podría aplicara  los hombres. Pero esto claro está son mitificaciones y estreotipos porque yo he visto a presuntos lobos meter el rabo entre las patas a la mínima de cambio y a presuntos corderos pegar mordiscos que arrancarían un brazo. Claro, como decía, todo es aparente, pero vivimos en un mundo en el que tampoco queremos ir mucho más allá de la superfície porque o no tenemos tiempo o porque sencillamente nos interesa tener muchas relaciones y rápidas, sin buscar demasiado la calidad en cuanto a vínculos fuertes me refiero y así también se minimizan los daños cuando lo que se rompe nunca fue sólido. Si preferimos a los corderos como amigos es porque sabemos que las relaciones de amistad son más duraderas y fiables y lo bueno lo queremos hacer permanente aunque sea de una forma inconsciente. También lo valoramos menos y nos preocupamos menos de lo bueno porque lo consideramos seguro, sobre todo cuanto más tiempo pasa. Las relaciones sexuales se quieren como relaciones frenéticas y muy variadas, con personas que no nos importen y por tanto cuya moralidad tampoco tenemos tanto tanto en consideración. Prevalecen la superficialidad y la apariencia, poco más que primeras impresiones que nos atrapen, fruto de actuaciones estelares dispuestas a proyectar determinadas imágenes encandiladoras y por supuesto predeterminadas.
Y recordando el día de la mujer trabajadora haré una última reflexión que reconozco que se va demasiado del título pero me da igual. Lo peor es cuando algunas personas, hombres y más lamentable aun, mujeres, consideran que el machismo acaba cuando el hombre participa activamente en las labores del hogar y en general ha conseguido la paridad en cuanto a derechos y deberes en todos los ámbitos de la vida social. Hay un machismo solapado, cultural y de valores, tan arraigado y normalizado que apenas es cuestionado y que sin embargo persiste poderosamente y muchas mujeres, MUCHAS, lo defienden conscientemente sin reflexionar sobre lo machista que es. Preferir a los "chicos malos" o incluso decir que les gustan los hombres "que me den caña" (y eso lo he oído yo en boca de feministas que odian con toda su alma el machismo), hombres un poco canallas, algo crueles, duros e insensibles como definición de masculinidad, es profundamente machista. Hombres así los necesitan mujeres sin autoestima, que no son capaces de darse caña solas, y el ideal de mujer sensible y emocional y emotiva como femenina también es muy machista.

Da mucho que pensar esto, pero en definitiva el machismo es una cosa también muy de mujeres.

Estudiante a Fénix

viernes, 12 de marzo de 2010

Judit y el banquete de las tempestades

El Chico de Estanyo llegó a un lugar que le resultaba vagamente familiar, aunque no lo supo identificar. Delante, Don Pimpon y él encontraron una puerta flotante. El pomo parecía seguir cierta filosofía oriental: estaba, pero no perturbaba, no perturbaba, pero no se movía. El pomo preguntó con voz de mimo al Chico de Estanyo:
- Quiénes somos?
- Somos lo que nos da sentido.
- Por qué estamos?
- Estamos porque llegamos.
- Adónde vamos?
- Vamos a donde nos dirigimos.
La extraña puerta austeramente decorada se abrió, aunque ahora el pomo mostró su verdadero rostro (una tez cuadrada pero afable, rigurosa, comprensiva y con el aspecto del que lleva mucho tiempo en el mismo lugar) y preguntó una vez más a la estrambótica pareja visitante, aunque ahora desde la curiosidad personal:
- Y a dónde te diriges tú, chico de chapa?
- Quiero cruzar el gran puente invisible. Estoy buscando mis manos.
El Chico de Estanyo y su acompañante Don Pimpon cruzaron el templado umbral en el que nada los detenía y se adentraron en un patio de columnas bajas flotantes con hiedra en sus capiteles, ignorando las últimas palabras del pomo:
- Pues aquí no vas a encontrar lo que buscas, chico; aquí no vas a encontrar nada de nada, de hecho. Lo mejor sería que…
Pero ya no lo escuchaban. En medio del espacio al que acababan de llegar no había nada; o al menos nada que pudieran apreciar. Tan sólo unas minúsculas luces flotantes del tamaño de canicas que se movían perezosamente por un espacio que se les antojaba limitado por algún campo de fuerza, o cosa por el estilo. Ellos no entendían de esas cosas.
Sin embargo, alrededor del espacio donde gravitaban las pequeñas luciérnagas verdes, encontraron una serie de personajes acomodados de pie en otras tantas minúsculas nubes que parecían sostenerlos en aquel lugar donde todo flotaba. Eran unas nubes poco habituales, de un pálido color rosa y con hebras azuladas que se enroscaban por la superficie con frenesí; bastaba que los ocupantes de las nubes se movieran un poco más de lo debido para que una parte significativa de éstas se desvaneciese para no volver, o volver muy lentamente.
A pesar de la aparente tranquilidad que pudiera reflejar tal lugar, el grupo de invitados daba rienda suelta a una verborrea aparentemente absurda de frases cruzadas que de vez en cuando se intercalaba en un pequeño nexo que hacía pensar que estaban manteniendo realmente un diálogo. Pero era una ilusión: la verdad es que todo el mundo soltaba la suya sin apenas echar cuentas de la perorata del resto.
Situado en una gran nube cuyas hebras azules alcanzaban la altura prácticamente del lomo, un can prosopopéyico ladraba a los visitantes:
- No soy Platón! No soy Platón!
Delante de él, al otro extremo, un hombre barbudo con sombrero ajado les regalaba la mejor de sus sonrisas mientras fumaba apaciblemente una pipa cuyo humo, sin que se diese cuenta, provenía de su propia nube y por tanto menguaba paulatinamente el tamaño de ésta.
También encontraron un manco trilero, un cíclope bizco y una mujer con medias negras y peineta que tan sólo se dedicaba a contar meticulosamente los carraspeos de los dialogantes que la acompañaban en una libretita, escribiendo una cruz al lado de cada nombre en su cuaderno con unos movimientos ágiles y graciosos del bolígrafo.
Don Pimpon quiso parar a charlar un poco con alguno de aquellos sugestivos personajes, pero prefirió mantenerse fiel a su amigo y acompañarlo hasta el fondo de tan estrafalaria escena. Allí encontraron una inmensa balanza profusamente ornamentada con tres platillos dorados unidos por cadenas de cristal. La balanza se situaba en la cabecera de la mesa del lugar, si hubiese habido mesa, aunque sí era desde luego lo que más reclamaba la atención por su tamaño, estilo y dominancia que ejercía sobre el resto. A pesar de ello, los comensales no parecían prestarle atención en absoluto, y aún menos a la aburrida mujer que agotaba la superficie de uno de los platillos, el que estaba más arriba de los tres. El platillo dorado opuesto estaba inclinado casi totalmente hacia abajo, aunque nada contenía que hiciese sospechar su peso y su marcada inclinación. El tercer platillo era como si flotara entre los otros dos, no se inclinaba por ninguno de sus hermanos pero tampoco estaba estático; era como si se hubiese desvinculado.
La mujer estirada plácidamente en el primer y más alto platillo parecía ajena al inusual banquete y hacía caso omiso a ninguno de sus invitados. Una pierna le colgaba despreocupadamente por el borde del mismo platillo. Vestía de una manera muy extraña, más que cualquiera de los comensales, y parecía la carta del tres de picas. A juzgar por el platillo opuesto de la balanza, el Chico de Estanyo pensó que la mujer no debía pesar más de un gramo.
Se acercó a preguntar seguido de Don Pimpon, aunque fue ella la que habló primero:
- Me llamo Judit. Soy organizadora del banquete.
- Lo sé. Te he estado buscando.
- Quién eres? Hacía mucho tiempo que no te veía por aquí.
- Yo he estado aquí? No lo recuerdo…
- Yo tampoco. Los dos éramos diferentes. Además, por aquí pasa tanta gente…
- Me lo imagino. Pero…
- Por qué?- le cortó Judit
- Bueno, no lo sé; pero…
- Oye, tu amigo no habla?- le volvió a interrumpir.
- No-. respondió Don Pimpon
- Ya veo… - señaló Judit desganademente. Echó un momento la mirada al cielo como si aguantar a aquella gente fuera lo más aburrido, o lo más irritante que pudiera haber en el mundo. – Quién eres, hombre?- preguntó a Don Pimpon
- No-. respondió éste
- Oye, sólo sabes decir no?
- No.
Ahora fue el Chico de Estanyo quien interrumpió la espontánea conversación de la pareja:
- Mira, sólo sabe decir no. Perdona, necesito preguntarte algo.
- De dónde has sacado eso? Es algún tipo de “arreglo” o algo?- preguntó sin mirar al chico. Se refería a sus pinzas.
- Precisamente sobre eso quería preguntarte. Estoy buscando mis manos.
- Qué?- Judit no lo escuchaba. Los comensales habían subido el tono de voz una vez perdido el interés en los recién llegados y el barullo era considerable.
- Que estoy buscando mis manos!
El perro ladró más fuerte (“No soy Platón!”) mirándolos directamente e incluso el templado hombre de sombrero ajado que fumaba en pipa se puso a platicar animadamente con un hombre a su lado cuyo finísimo bigote era tan largo que se enroscaba varias veces alrededor de su cuerpo, sirviéndole de ropa.
- Que estás buscando qué? No te escucho, grita más!- pidió Judit desde la altura de su platillo de lo más irritada.
- Mis manos! MA-NOS!
- Ah! Tus manos. Aquí no las encontrarás. Márchate pronto o se pondrán tan nerviosos que acabarán todos sin nube.
Pero el Chico de Estanyo no había viajado miles de kilómetros y agotadoras jornadas para nada. Ni se movió del sitio ni se dio por vencido. Pese a su preocupación, siempre sabía cuando iba a conseguir algo, y su instinto no le había fallado nunca.
- No espero encontrarlas aquí!- dijo gritando por encima de la algarabía para hacerse entender.- Un hombre me dijo que te preguntara!! Que me indicarías el camino al gran puente invisible!
- Quién?!
- Un hombre!
- Quién!?!
- Un hombre-e-e! No importa cómo se llamara! En el Ciberlaberinto.
Como si alguien hubiera quitado la voz a través de un mando automático, la sala quedó muda nada más acabar el Chico de Estanyo su frase. Ni siquiera la había dicho gritando, pero bastaron esas pocas palabras para finalizar la bullanga y captar la atención de todos los comensales (incluida la mujer que anotaba los carraspeos, que levantó la vista de su libreta) y Judit, que por vez primera dirigía la mirada a las complicadas gafas que lucía el chico.
- Vienes del Ciberlaberinto?
- Eso es.
- Por el amor del cielo, chico, qué se te perdió allí?- los invitados seguían con interés supino ahora el diálogo, y sus nubes dejaron de perder consistencia por un momento.
- Eso ahora no viene al caso. He perdido mis manos – elevó las pinzas herrumbrosas que lucía como extremidades para que Judit las viera – y quiero recuperarlas. Hablé con un hombre en el Ciberlaberinto y me dijo que tú podías ayudarme. Estoy buscando el gran puente invisible para cruzarlo.
Viendo la tensión que había creado involuntariamente y que la escena había adquirido un cierto cariz civilizado, dijo:
- Me podrías ayudar? Por favor.
Pero ahora Judit se interesó más por el chico que por su historia, y no pudo evitar una ráfaga de preguntas:
- Por qué llevas pinzas?
- No las llevo. Son mías pero quiero recuperar mis manos. Con esto…
- Y esas gafas?
- Sólo puedo ver a través de ellas.
- Por qué emiten luces azules que se mueven?
- El color refleja mi estado de ánimo.
- Los cristales son oscuros.
- Sí. Eso es porque…
- De qué material están hechos?
- La verdad que…
- Por qué tienes una tapa de basura en la espalda?
- No es una tapa. O sí, no lo sé. Hace tiempo que me creció y no me la puedo quitar…
- Por eso andas inclinado?
- Sí…
- Me gusta tu pelo rubio.
- Gracias.
- Cómo consigues el peinado?
- Basta!! Basta. No sé, vale? No sé. Por favor, Judit, no tengo mucho tiempo que perder. Como has podido ver la tapa hace que cada vez ande más inclinado y me cueste más caminar; las pinzas crecen y su color metálico oxidado aumenta día a día; el pelo brilla menos y las gafas casi nunca emiten colores vivos. Quieres saber más de mí? Está bien: ayúdame y te prometo que cuando recupere mis manos te visitaré y charlaré contigo tanto como gustes. Te parece bien?- Judit lo miraba con una mezcla en la mirada como de agravio y simpatía, caso de que tal mirada pueda ser compuesta. El chico volvió a preguntar dado el mutis de su interlocutora – Sí? Te parece bien? Eh?
Los comensales aguardaban con impaciencia sin hacer ni un gesto en sus nubes. Habían seguido la conversación con fervor.
- Para llegar al gran puente invisible, primero debes pasar por el Reino de Nada. Allí hallarás el camino.
- Gracias, Judit. Gracias.- Ya había conseguido la información que quería pero esta vez fue él quien se quedó con la duda- Por cierto… quién son toda esta gente tan extraña?
- Son mis comensales.
- Ah! Sí?- el Chico de Estanyo se había quedado un momento pensativo. Algo no le cuadraba.- Y qué comen?
- Ego.
Visto que el Chico de Estanyo y Don Pimpon daban por terminada la conversación y se daban la vuelta, los invitados retomaron de nuevo sus filípicas absurdas, aunque el tiempo en la sala empezaba a cambiar y una fina lluvia comenzaba a deshacer las nubes de los invitados y a empaparlos a todos menos al chico y su acompañante, que ya se dirigían a la salida mientras Judit volvía a mirar al cielo, ahora pensativa, su silueta recortada contra los nubarrones que se avecinaban.
El Chico de Estanyo pasó al lado de varios comensales mientras volvía por el camino que había tomado al venir, con Don Pimpon a muy pocos pasos detrás suyo. Éste le dirigió una mirada y, aunque Don Pimpon no hablaba, el chico sabía interpretarla:
- Qué caprichosa esta Judit!- le comentó en un susurro amistoso- No es muy simpática, eh?
- No… - dijo Don Pimpon.
Cuando ya se alejaban pasaron al lado del perro que no había dejado de ladrarles desde que entraron, y como para dar fe de ello, los siguió con una mirada amenazante y aumentó el volumen de sus ladridos cuando el Chico de Estanyo pasó a su lado sin mirarle:
- No soy Platón! Nooo soy Platón, no!!
Pero Don Pimpon, de alma candorosa, siempre paraba a calmar los extraviados, y se le acercó sin miedo al minúsculo reducto que le restaba al can debido a su excesivo movimiento y le acarició sin miedo la cabeza peluda. El perro al principio desconfió, pero enseguida se dejó hacer. Don Pimpon tenía ese don. Lo tranquilizó y enseguida no sólo dejó de ladrar, sino que se arrimó a él para que le siguiera acariciando.
- Vamos, Don Pimpon!- le llamaba el Chico de Estanyo ya casi desde la puerta.
Don Pimpon dejó a su nuevo amigo, que apenas podía menearse en su nube, y se dirigió corriendo con su compañero de viaje. El perro lloraba ahora lastimeramente:
- La teoría del mundo de las ideas era correcta! Era correcta… Pero yo no soy Platón…
Las nubes negras que habían aparecido por el flanco de Judit cubrían ahora toda la sala y descargaban su furia en forma de lluvia insistente sobre los comensales, que miraban en derredor curiosos, inconscientes de que el agua destruía las porciones que les restaban de nube y los precipitaba al vacío. Las columnas perdían color, se torcían y se agrietaban. Las pequeñas luces verdes que antes gravitaban vivamente en el espacio central se habían apagado. Judit yacía apoyada en su plato de la balanza dorada, al fondo, empapada y pensativa. Su platillo había bajado algunos palmos y el contrario había subido levemente. El banquete había acabado.
(I)

El Rapsoda de la ignorancia

miércoles, 10 de marzo de 2010

Duelo en el Castillo: ExCaballero Macarra vs Monstruo Kappare

¡Comienzan las apuestas!

Estudiante a Fénix

De los 21 a los 22

Iba a contestar a J. Y. con un comentario a su anterior actualización-dedicatoria, pero pienso que una actualización como respuesta es más apropiado para decir todo lo que quiero expresar.

No ha habido en la historia de mi vida un año más revolucionario que 2009. Tras una tediosa y belicosa decadencia durante parte de 2007 y todo 2008 en la que comencé a romper y desconfiar de mi viejo grupo de amigos y mis rutinas tradicionales hogareñas empezaron a fallar y dejar de hacerme sentido, me aventuré en un viaje a la capital francesa que había de transformar por completo mi vida. Ahora mismo puedo decir que de no haber hecho ese viaje el presente sería muy, MUY distinto para muchas personas de la universidad y de mi entorno inmediato familiar y amistoso. No soy capaz de llegar a entender hasta qué punto yo he llegado a transformar mi microuniverso pero he creado vínculos y puentes entre personas que conocía y desconocía (también he destruido y reconstruido), personas a las que también he servido como nexo o enlace y luego yo he sido dejado bastante de lado. A nivel personal he experiementado cambios en mi físico, estados de ánimo hasta hace poco ignotos, de imagen y de comportamiento en los que nunca me habría creído poder ver y sentir. He aprendido mucho y también he olvidado bastante: he cambiado. Y ahora que tanta gente está conmigo es cuando a menudo me siento más solo.

El viaje que yo inicié en París fue el comienzo de una nueva era en la que a través de un prolongado periodo de sufrimiento como jamás he vivido siento haber ganado más que en veinte años de vida. Y lo he ganado gracias a la humildad y al amor y al sufrimiento, con una determinación que pasa por una capacidad de comprensión tan potente que autodestruye y que me ha hecho reunirme y acercarme más que nunca a personas a las que nunca les podré agradecer lo suficiente el apoyo que me han dado y sin el cual todo habría sido también muy distinto. Ahora comienzo este nuevo año con mucho menos miedo y mi ansiedad ya casi ha desaparecido. Tan solo con recordar quienes sois los que me rodeáis y me hacéis sentir valioso y querido, y sois más que nunca, vale la pena reir y alegrarse y sentirme muy afortunado.

Así que, escuchando esta canción, que para mi será a partir de ahora la canción de J.Y., puedo recordar que sois muchos lo que me acompañáis en mi viaje al igual que yo en el vuestro y las heridas de guerra (la mayoría autinflingidas) se hacen menos dolorosas y hasta se olvidan sabiendo que hay personas como J.Y y Pare que se acuerdan de mi e intentan hacerme sentir bien. Tanto la letra como la melodía me han gustado mucho y sin duda que disfrutaré del viaje, pero lo haremos juntos y haré que vosotros disfrutéis del vuestro. Tener a gente como vosotros de amigos es el mejor regalo y solo puedo daros las gracias y continuar esforzándome como lo he hecho hasta ahora.

I. O.

Enjoy the Ride

Entrada dedicada a I.O.

El Rapsoda de la ignorancia

domingo, 7 de marzo de 2010

Sobre el ser uno mismo

"Ser uno mismo" es una expresión que se utiliza muy a menudo y que creo que conviene pensar que queremos decir con ella. Ser uno mismo o ser natural en el sentido más espontáneo del término es una justificación cortés para decir "hago lo que me da la gana". Y es una confusión desde mi punto de vista bastante grave. La chorrada de todo esto es que en el fondo uno no puede dejar de ser uno mismo a no ser que no sea libre. No eres tu mismo únicamente cuando no eres libre y en sociedad tenemos leyes y normas sociales represoras, luego nunca podemos ser del todo nosotros mismos porque nunca podemos ser del todo libres a pesar de que en nuestra vida nunca dejemos de perseguir ese ideal. También es gracioso pensar que la represión es una limitación de la identidad cuando reprimir también es un acto de libertad y de identidad. Ponemos leyes porque queremos, escogemos poner leyes (a nivel social-colectivo pero también individual) o lo hacemos sin pensar porque organizar a las personas también implica ponerles límites y simplificamos para hacer soportable y agradable la realidad.

Por lo tanto ser uno mismo no significa nada excepto en casos en los que haya una coacción más que evidente (pistola en la boca, etc.) e incluso si nos ponemos existencialistas de hecho siempre podemos elegir y cuanto menor sea nuestra posibilidad de elección y más comprometida esté nuestra vida más heroicos son nuestros actos. Morir es una elección. A mi entender, y esto es importante, uno no es verdaderamente libre solo cuando no puede decir sí y no, pero la cuestión clave es ¿como estamos seguros de que alguien, incluso nosotros mismos, no estamos sometidos a coacciones o manipulaciones constantemente? ¿Y hasta qué punto la influencia de los demás no es manipulación, para bien o para mal? En otras palabras, nunca podemos dejar de ser nosotros mismos o, lo que es lo mismo, siempre somos nosotros mismos aunque sintamos que nunca lo seamos del todo, porque incluso cuando mentimos, consciente o inconscientemente, por elección o espontaneidad, es un resultado de nuestro carácter.

La sensación de incompletud es universal, un acicate lacerante para vivir, porque solo somos cuando sucedemos y solo sucedemos cuando actuamos y tomamos decisiones y no hay mayor sensación de ser que rebelarse, conquistar, humillar, derrotar a uno mismo, al otro, lo que sea, pero ha de implicar sensación de control y dominación. Ser, realizarse es triunfar y dominar. Como no lo podemos controlar todo y nosotros mismos y los demás no dejamos de cazarnos buscando nuestras debilidades generando dudas, comparándonos con los demás y cuestionando la eficacia y/o moralidad de lo que hacemos y decimos, siempre nos sentiremos incompletos, falibles. La duda hace pensar, genera miedo, limita, derrota pero precisamente por ello también amplia el abanico de posibilidades, mayor capacidad de elección, un horizonte más amplio que por su inabastabilidad resulta horrorosamente abrumador. No dudar nunca no parece tampoco la respuesta.

Que nos comportemos de formas diferentes con personas o en situaciones distintas es inevitable hasta cierto punto y en cualquier caso como me enseñó muy bien el Kappa "NO SOMOS, ESTAMOS", es decir, dependemos de nuestro estado de ánimo, aunque podamos intentar modificarlo. Muchos sociólogos, psicólogos y antropólogos opinan que actuar siempre igual con todo el mundo es de enfermos, pero lo cierto es que adaptarse constantemente a los demás y al entorno sin oponer ninguna resistencia o iniciar una negociación o discusión que implique que ese entorno nos reconozca mínimamente también es enfermizo. Nuestra obsesión enfermiza por capturar y ordenar la realidad es una traición a la misma porque cuando le hemos hecho la foto ya ha cambiado. Ni siquiera captarla fílmicamente como una sucesión imparable e inextricable de sucesos mostraría la riqueza y ferocidad de esta inaprensible corriente.

Ser, estar y parecer son tres verbos que se confunden entre sí en el laberíntico juego del lenguaje donde todo es interpretación e intertexto, mezclas de mezclas. Y como en todo juego hay ganadores, perdedores y posiciones. También hay suerte, pero sobre todo técnica y habilidad y necesidad constante de entrenamiento para nuestra realización en el triunfo de nuestros discursos con vocación de poder. Quien gana el juego tiene el poder de cambiar las reglas. Estoy bien, me realizo, luego soy (en ese estado), luego me siento ganador.

Termino esta reflexión con una reflexión de Freud que me gusta mucho aunque no la recuerde literalmente:

"A mayor integración social mayor afectividad y menor pensamiento autónomo"

El peregrino endormiscado