La amistad es nuestra religión; Nadie, nuestro Dios; y la ignorancia, nuestro templo. Bienvenidos.

jueves, 25 de marzo de 2010

Simple reflexión tardía

La gratitud y el aprecio son infinitamente menos duraderas y mucho más difícil de conseguir que el odio y el desprecio de alguien. Solo las estrechas relaciones de muchos años resisten bien a muchos impactos, inclemencias y bromas. O como decía una frase lamentablemente nada conocida de Homer Simpson que escuchó un fanático observador de este gran filósofo como yo:

"Para ser querido tienes que hacer buenas acciones todos los días. Pero para ser odiado no hay que hacer absolutamente nada"

Y acabo con una propia:

"Las amistades son como los clásicos: los verdaderos son los que se resisten al paso del tiempo, los inolvidables".

¿Mi prueba del algodón? Si tras haberte relacionado con los miembros de un grupo, en especial el líder (siempre lo hay y es fácilmente identificable porque es el que suele tener la iniciativa y todos le acaban haciendo caso), te sigues sintiendo prescindible, se cordialmente evasivo con esa gente. Efectivamente, sentirse prescindible en esta vida es probablemente una de las peores emociones que se pueden experimentar.

Estudiante a Fénix

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