Esto nacía como comentario a tu anterior entrada, pero dado su tamaño y lo que me he explayado, creo que ha digievolucionado a entrada. Eso sí, tampoco la voy a revisar ni retocar.
De acuerdo en bastantes cosas que dices, pero hay un par de puntos que a ver si soy capaz de apuntillar un poco: primero, que hay muchas formas de seducir, y aunque es verdad que normalmente nos atrae el riesgo, también es verdad que hay gente que lo detesta. Al fin y al cabo "riesgo" es algo que sale de nuestra rutina por hache o por be, y como tal es algo que nos atrae, pues aunque nos sintamos cómodos y confiados en las rutinas que nosotros mismos nos establecemos, siempre nos llama lo de variar un poco de vez en cuando; por eso solemos sentirnos más atraidos por personas que, para nosotros, se salen un poco de la media, o captamos en ellas algo especial que no vemos en el resto de gente que nos rodea, ya sea amigos o chicas. Por eso no creo que para seducir haga falta para nada ser "peligroso", con que sea un poco diferente o llamativo, vale.
En cuanto a lo de las relaciones de "fast-sex" (como las podriamos llamar, del fast-food) o relaciones de follar-y-tirar pues viene absolutamente a cuento de lo que decía: nos interesan porque nos dan un placer sin necesidad de prolegómenos ni compromisos posteriores, cosa que solo puedes hacer con personas que no son de tu entorno y por tanto te evitan esas dos circunstancias. Personalmente, no solo pienso que no tienen nada de malo, sino que creo que son básicamente necesarias; uno empieza a mirar las relaciones humanas desde una perspectiva diferente gracias a ellas, sin contar con la propia experiencia que te da en estos campos, desde luego (ligue, sexo, no-compromiso, libertad). Como decía el doctor Costa en la ficción, conoces más a una persona en los 5 primeros minutos que en 20 años de relación, y es que las impresiones y el instinto rara vez fallan. además, cuando uno empieza a conocer menos superficialmente a otra persona, implica una carga emocional (negativa o positiva, lo mismo da), que nos nubla la capacidad de juicio y objetividad que poseemos en esos primeros 5 minutos. Ya sé que, para tus principios caballerescos, es poco menos que una aberración toda esta apología de la superficialidad, pero, de verdad, no hacen falta diez citas para llevarse una chica a la cama ni un ramo de rosas después de ello; no las necesitan: ni ellas, ni tú. Para mi opinión, todo ese contexto pseudo-inútil solo favorece (paradójicamente) la superficialidad de las relaciones humanas y las bases de interacción pro-social, pues si lo que los dos buscáis es solo sexo, tened sexo, y dejaos de tonterías. el resto es innecesario, molesto, incómodo y absurdo. Si buscas algo más que sexo, no te discuto nada. pero tampoco puedes buscar "algo más que sexo" siempre. no estamos "programados" para ello.
Respecto al último párrafo, no creo que lo de sentirse atraída por un chico con esos atributos sea en absoluto machista. Lo que pasa es que ahora mismo somos bastante cortos de miras por 1- la sociedad en la que nos ha tocado vivir (y por consiguiente la educación) y 2- nuestra juventud que nos impide ver más allá. Yo creo que deberías intentar extrapolar un poco, y como digo, abrirte de mente. Realmente crees que por que un grupo de amigas estrechas digan semejante tontería ("me gusta que me den caña") significa que a TODAS las mujeres les gusta eso en TODAS partes y a TODAS las edades? evidentemente que no, y estoy seguro de que ya habías llegado a esa idea. Lo que pasa, y no deja de estar relacionado con todo lo que he dicho hasta el momento, es que estamos en cierta edad en la que (normalmente) no buscamos el hombre o la mujer de nuestra vida, sino muchas experiencias y variadas que nos hagan sentir llenos. Si lo quieres expresar así, pues sí: para esas experiencias a quién van a escoger? al "cordero" del amigo de toda la vida que ni consideran como un ser con sexo o al lobo que en una noche de cacería va descaradamente a por ellas? Parece claro. Pero también observa: con quiénes acaban saliendo normalmente? con "lobos" o con "corderos"? Eso por no hablar a partir de los 25 en que su reloj biológico empieza a hacer tic-tac más fuerte y se dan cuenta que el camino hacia la treintena está más que empezado, que también por esos prejuicios sociales temen quedarse "para vestir santos" e introducir a su familia por una vez un novio "formal" y "presentable". Llegados a este punto, amigo mío, no hay lobos. Y si los hay, ellas mismas se encargarán de escarmentarse, pues nadie puede pasar mucho tiempo con un lobo al lado sin ser devorado o atacado. Evidentemente hay que contar con la infinita variabilidad en carácteres y edades de las mujeres de las que estoy hablando (que es en global, así que imagínate), pero no podemos evitar estar cortados por unos patrones similares.
De hecho, la metáfora puede ir más allá y ser extrapolada a la vida real: tu qué mascota elegirías: un lobo o un cordero? El lobo mola un montón, es grácil, bello, salvaje, caza, te sientes seguro con él y puedes fardar con tus amigos. En cambio si les enseñas un cordero lo más probable es que se rían de ti. Pero, pasado un tiempo, no puedes evitar los instintos primarios de ese lobo, que en cualquier momento o ida de olla puede atacarte o incluso devorarte. Algo que nunca haría un cordero, y es más, de hecho lo puedes hacer tú con él: la carne de cordero es tierna y con muy buen gusto o si lo dejas crecer se convertirá en una oveja que dará leche, tu has visto a alguien comerse un lobo? Al fin y al cabo, algo que nos ha gustado mucho hacer históricamente es clasificar; nos pasamos la vida clasificándolo todo: especies, personas, sentimientos, actos, edades, grupos sociales, etapas, etc y dejamos muy poco espacio a la improvisación y, lo que es peor, obviamos que hay posibilidades fuera de esa clasificación que hemos establecido y dado como verdadera, de ahí vienen luego las sopresas. Lo que vengo a decir es que, como ya dijimos, toda esta clasificación de lobos y ovejas es rematadamente absurda, pues cualquier lobo puede ser un cobarde e indefenso corderito y la oveja más mansa tener una mandíbula de león; las personas somos impredecibles y eso es maravilloso. pero nos encanta la teoría y le damos demasiada importancia.
Así que mi pequeño consejo, el que te he dado siempre, gracias al razonamiento puede que llegues a conclusiones interesantes (como las de la entrada) que no por ello pueden dejar de ser incorrectas o, sobretodo, inútiles. y haz gala de la mayor virtud del ser humano que es la tremenda adaptabilidad al entorno. Puedes escoger adaptarte y, pese a renunciar a alguno de tus principios, abrirte nuevas puertas que nunca vas a saber a dónde te van a llevar. o no adaptarte, seguir en tus trece pero amargarte por dentro maldiciendo el mundo y la sociedad por ser como son (la cosa más estúpida que podrías hacer) y quedarte con la abrumadora incertidumbre de saber qué pasaría si un día cruzases la puerta, pero eso sí, muy caballeresco y fiel a tus ideales. Está en tu mano, así que, suerte con ello. De cualquier modo que elijas, procura que la decisión sea algo natural, que luego no te tortures por haberla tomado (otro rasgo muy característico y común en el ser humano: el sentimiento de culpa).
El Rapsoda de la ignorancia
De acuerdo en bastantes cosas que dices, pero hay un par de puntos que a ver si soy capaz de apuntillar un poco: primero, que hay muchas formas de seducir, y aunque es verdad que normalmente nos atrae el riesgo, también es verdad que hay gente que lo detesta. Al fin y al cabo "riesgo" es algo que sale de nuestra rutina por hache o por be, y como tal es algo que nos atrae, pues aunque nos sintamos cómodos y confiados en las rutinas que nosotros mismos nos establecemos, siempre nos llama lo de variar un poco de vez en cuando; por eso solemos sentirnos más atraidos por personas que, para nosotros, se salen un poco de la media, o captamos en ellas algo especial que no vemos en el resto de gente que nos rodea, ya sea amigos o chicas. Por eso no creo que para seducir haga falta para nada ser "peligroso", con que sea un poco diferente o llamativo, vale.
En cuanto a lo de las relaciones de "fast-sex" (como las podriamos llamar, del fast-food) o relaciones de follar-y-tirar pues viene absolutamente a cuento de lo que decía: nos interesan porque nos dan un placer sin necesidad de prolegómenos ni compromisos posteriores, cosa que solo puedes hacer con personas que no son de tu entorno y por tanto te evitan esas dos circunstancias. Personalmente, no solo pienso que no tienen nada de malo, sino que creo que son básicamente necesarias; uno empieza a mirar las relaciones humanas desde una perspectiva diferente gracias a ellas, sin contar con la propia experiencia que te da en estos campos, desde luego (ligue, sexo, no-compromiso, libertad). Como decía el doctor Costa en la ficción, conoces más a una persona en los 5 primeros minutos que en 20 años de relación, y es que las impresiones y el instinto rara vez fallan. además, cuando uno empieza a conocer menos superficialmente a otra persona, implica una carga emocional (negativa o positiva, lo mismo da), que nos nubla la capacidad de juicio y objetividad que poseemos en esos primeros 5 minutos. Ya sé que, para tus principios caballerescos, es poco menos que una aberración toda esta apología de la superficialidad, pero, de verdad, no hacen falta diez citas para llevarse una chica a la cama ni un ramo de rosas después de ello; no las necesitan: ni ellas, ni tú. Para mi opinión, todo ese contexto pseudo-inútil solo favorece (paradójicamente) la superficialidad de las relaciones humanas y las bases de interacción pro-social, pues si lo que los dos buscáis es solo sexo, tened sexo, y dejaos de tonterías. el resto es innecesario, molesto, incómodo y absurdo. Si buscas algo más que sexo, no te discuto nada. pero tampoco puedes buscar "algo más que sexo" siempre. no estamos "programados" para ello.
Respecto al último párrafo, no creo que lo de sentirse atraída por un chico con esos atributos sea en absoluto machista. Lo que pasa es que ahora mismo somos bastante cortos de miras por 1- la sociedad en la que nos ha tocado vivir (y por consiguiente la educación) y 2- nuestra juventud que nos impide ver más allá. Yo creo que deberías intentar extrapolar un poco, y como digo, abrirte de mente. Realmente crees que por que un grupo de amigas estrechas digan semejante tontería ("me gusta que me den caña") significa que a TODAS las mujeres les gusta eso en TODAS partes y a TODAS las edades? evidentemente que no, y estoy seguro de que ya habías llegado a esa idea. Lo que pasa, y no deja de estar relacionado con todo lo que he dicho hasta el momento, es que estamos en cierta edad en la que (normalmente) no buscamos el hombre o la mujer de nuestra vida, sino muchas experiencias y variadas que nos hagan sentir llenos. Si lo quieres expresar así, pues sí: para esas experiencias a quién van a escoger? al "cordero" del amigo de toda la vida que ni consideran como un ser con sexo o al lobo que en una noche de cacería va descaradamente a por ellas? Parece claro. Pero también observa: con quiénes acaban saliendo normalmente? con "lobos" o con "corderos"? Eso por no hablar a partir de los 25 en que su reloj biológico empieza a hacer tic-tac más fuerte y se dan cuenta que el camino hacia la treintena está más que empezado, que también por esos prejuicios sociales temen quedarse "para vestir santos" e introducir a su familia por una vez un novio "formal" y "presentable". Llegados a este punto, amigo mío, no hay lobos. Y si los hay, ellas mismas se encargarán de escarmentarse, pues nadie puede pasar mucho tiempo con un lobo al lado sin ser devorado o atacado. Evidentemente hay que contar con la infinita variabilidad en carácteres y edades de las mujeres de las que estoy hablando (que es en global, así que imagínate), pero no podemos evitar estar cortados por unos patrones similares.
De hecho, la metáfora puede ir más allá y ser extrapolada a la vida real: tu qué mascota elegirías: un lobo o un cordero? El lobo mola un montón, es grácil, bello, salvaje, caza, te sientes seguro con él y puedes fardar con tus amigos. En cambio si les enseñas un cordero lo más probable es que se rían de ti. Pero, pasado un tiempo, no puedes evitar los instintos primarios de ese lobo, que en cualquier momento o ida de olla puede atacarte o incluso devorarte. Algo que nunca haría un cordero, y es más, de hecho lo puedes hacer tú con él: la carne de cordero es tierna y con muy buen gusto o si lo dejas crecer se convertirá en una oveja que dará leche, tu has visto a alguien comerse un lobo? Al fin y al cabo, algo que nos ha gustado mucho hacer históricamente es clasificar; nos pasamos la vida clasificándolo todo: especies, personas, sentimientos, actos, edades, grupos sociales, etapas, etc y dejamos muy poco espacio a la improvisación y, lo que es peor, obviamos que hay posibilidades fuera de esa clasificación que hemos establecido y dado como verdadera, de ahí vienen luego las sopresas. Lo que vengo a decir es que, como ya dijimos, toda esta clasificación de lobos y ovejas es rematadamente absurda, pues cualquier lobo puede ser un cobarde e indefenso corderito y la oveja más mansa tener una mandíbula de león; las personas somos impredecibles y eso es maravilloso. pero nos encanta la teoría y le damos demasiada importancia.
Así que mi pequeño consejo, el que te he dado siempre, gracias al razonamiento puede que llegues a conclusiones interesantes (como las de la entrada) que no por ello pueden dejar de ser incorrectas o, sobretodo, inútiles. y haz gala de la mayor virtud del ser humano que es la tremenda adaptabilidad al entorno. Puedes escoger adaptarte y, pese a renunciar a alguno de tus principios, abrirte nuevas puertas que nunca vas a saber a dónde te van a llevar. o no adaptarte, seguir en tus trece pero amargarte por dentro maldiciendo el mundo y la sociedad por ser como son (la cosa más estúpida que podrías hacer) y quedarte con la abrumadora incertidumbre de saber qué pasaría si un día cruzases la puerta, pero eso sí, muy caballeresco y fiel a tus ideales. Está en tu mano, así que, suerte con ello. De cualquier modo que elijas, procura que la decisión sea algo natural, que luego no te tortures por haberla tomado (otro rasgo muy característico y común en el ser humano: el sentimiento de culpa).
El Rapsoda de la ignorancia
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