"Una mujer que enamora sin artes, y mata sin querer.
Una trampa exquisita, una rosa embrujada,
en que el amor, si picas, te tiende una emboscada.
Quien ha visto su risa, conoce lo perfecto,
pues, de su humilde gracia, Dios es el arquitecto.
Compone lo divino con un gesto cualquiera,
y ni Venus sabría montar en su venera,
ni caminar Diana por los campos de lis,
como ella monta en coche, o pasea por París".
"Sabed que en este drama yo soy el director.
Y aunque valoro en mucho vuestra noble amistad,
quiero enfrentarme solo a toda la ciudad.
¡Contra cien hombres, yo!
Y que nadie me quite, por salvarme la vida,
el placer de vencerles."
"¿Ser miedoso? ¿Calculador? ¿Cobarde?
¿Tener con mil visitas ocupada la tarde?
¿Utilizar mi pluma para escribir falacias?
No, gracias, compañero. La respuesta es: no, gracias.
Cantar, soñar en cambio. Estar solo, ser libre.
Que mis ojos destellen y mi garganta vibre.
Ponerme, si me place, el sombrero al revés,
batirme por capricho o hacer un entremés.
Trabajar sin afán de gloria o de fortuna.
Imaginar que marcho a conquistar la Luna.
No escribir nada que no rime conmigo
y decirme, modesto: ah, mi pequeño amigo,
que te basten las flores, las frutas y las hojas,
siempre que en tu jardín sea donde las recojas.
Y si por suerte un día logras la gloria así,
no habrás de darle al César lo que él no te dio a ti.
Que a tu mérito debas tu ventura, no a medra,
y, en resumen, que haciendo lo que hace la hiedra,
aun cuando te faltare la robustez del roble,
lo que pierdas de grande, no te falte de noble."
"Confieso que es un vicio.
Disgustar me complace, no es ningún sacrificio.
Oh, amigo, si supieras lo bien que se camina
bajo miradas de odio y murmullos de inquina...
Si vieras con qué manchas adornan sus jubones
de baba, los cobardes, y de hiel, los bribones...
Pero yo, cuyo cuello el rencor endereza,
tengo que llevar siempre erguida la cabeza.
Y con cada enemigo se tensa la tirilla,
que me molesta, es cierto, pero que al tiempo brilla.
Pues, remedando en todo a la gola española,
el odio es un martirio, ¡pero con qué aureola!"
"Físico y pensador,
espadachín audaz,
conversador mordaz,
músico y escritor.
En sueños, volador,
y amante clandestino,
aquí yace... Su sino:
serlo todo y serlo en vano".
El Super Fénix
Una excelente forma de conmemorar el dia (oficial) de la literatura. geniales poemas, genial entrada
ResponderEliminarJ.Y.