Ya os he presentado a mi profesor Rafael Argullol, alias Bill, cuyas reflexiones y salidas no dejan de sorprenderme para satisfacción de unas clases que en principio consideraba monótonas e insustanciales. Si la semana pasada descubrí en mi letargo que era la reencarnación de David Carradine ayer di un paso más allá y me di cuenta de que además tiene vocación de sociólogo, carrera de la cual sorprendentemente no es licenciado. Reproduzco aquí tal y como recuerdo (y como no son palabras exactas me disculparán la manipulación en algo tan inocente) cual fue nuestra discusión en clase en el contexto de la prosa de la obra Doktor Faustus, de Thomas Mann, y en concreto del personaje Senerus, narrador de la biografía de Adrian Leverkhun (Fausto):
"Encuentro que hay cierta soberbia en el narrador, Senerus (y quizás en el mismo Thomas Mann), cuando se ríe del lector que se salta las larguísimas disgresiones descriptivas sobre la naturaleza de una mariposa o una composición de Beethoven que realiza y que no parecen tener una relación demasiado directa con el núcleo argumental conflictivo de Adrian Leverkhun."
Muy sensatamente el me respondió con algo que yo ya sabía, aunque era muy acertado decirlo, pero no se quedó ahí y he aquí el motivo principal de esta en0trada...:
"Thomas Mann no vivía en una sociedad donde se consumían los libros como fast food, donde el lector necesita ser seducido desde el primer momento, sino que esperaba que el lector se enfrascase en la gran aventura de una lectura tan larga y compleja como ésta a pesar del estilo parsimonioso de su prosa. Realmente necesita de todas estas páginas para decir todo lo que tiene que decir" [...]
Y sin saber yo muy bien cómo aun, aunque creo que la idea iba sobre el poder de la sugestión, de la lenta y elaborada cocción de la revelación de una verdad, y la ambigüedad como generadora de misterio por encima de ir al grano y decir las cosas claras, acabó por preguntarme en su respuesta de casi diez minutos:
"-¿Crees que si le preguntaras a las mujeres directamente si quieren acostarse contigo lo harían? Yo creo que no, ¿tu qué crees?"
A lo cual mi respuesta....
- Ah, ¿de verdad tengo que contestarte? No sé, no he hecho ningún test, pero supongo que en general no."
Y así fue, con una broma para salir del paso y entre risas y carcajadas, que se acabó la clase.
Fénix hecho de materia divina
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