Aquí está la gloriosa caída del caballero que superó a Lancelot. Como decía Henryk Ibsen: "El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo". Os presento al enemigo del pueblo, aquél que destapó la gran mentira y cómo agradecimiento fue marginado y asesinado:
"¿Conque busca pelea?
(Todos retroceden)
Se ha atrevido a decirme que mi nariz es fea.
(Levantando la espada)
¿Qué decís? ¿Qué es inútil? Ya lo daba por hecho.
Pero nadie se bate para sacar provecho.
No, lo noble, lo hermoso, es batirse por nada.
Aunque vengáis a cientos, no temblaría mi espada.
Y sí, ya os reconozco. Sois mis viejos rivales.
(da estocadas al aire)
¿La mentira? Pues toma. Los pactos inmorales, los prejuicios, la envidia... ¿Que si firmo una tregua?
¡Jamás! Ah, la idiotez, te conozco a la legua.
Sé muy bien que esta guerra me la vais a ganar,
pero vencer no importa. Lo que importa es luchar.
(Describe verios molinetes; luego se detiene, jadeante.)
Me habéis quitado todo: el laurel y la rosa,
pero, por más que os pese, aun me queda una cosa
que no podréis quitarme, y que esta noche, cuando
cruce el umbral del cielo, aun seguirá brillando.
Es algo que me llevo para que Dios sonría,
y en sus brazos me tome divertido y feliz:
- ¿Qué es ello?
Mi penacho, lleno de gallardía, y la brava apostura de mi fiera nariz."
Cyrano de Bergerac.
El Caballero Macarra
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